Tiempo de cosecha
En este video-foto que os ofrecemos, hemos tratado de recopilar gran parte de los trabajos que se hacen en el campo por esta época de verano y recordar de alguna manera, como era la vida de los agricultores de hace unas décadas de años atrás y como se realizan ahora las mismas tareas y la evolución que han tenido.
Villoria siempre fue un pueblo de obreros, sobre todo del campo. Hablamos de los años 60, 70 más o menos. Cuando llegaba el tiempo de escardar las patatas y entresacar la remolacha, se formaban cuadrillas para ir a trabajar a los pueblos que tenían mucho regadío: Huerta, Amatos, Narros, Encinas, Calvarrasa y otros pueblos de la otra zona: Poveda, Villaflores, Zorita, Palacios que aunque no tenían regadío por medio del canal, si lo tenían por los sondeos que hacían para regar las enormes extensiones que sembraban sobre todo de patatas y remolacha.
Ahora que tenemos regadío, la remolacha casi no existe por esta zona. Sí sigue habiendo patatas y, productos que antes se sembraban en menor cuantía, ahora se siembran en grandes cantidades, léase girasol, maíz, etc. Cosas de la evolución, sobre todo desde la entrada de España en la U.E.
Estamos en tiempo de cosecha para algunos de los productos que a finales de septiembre y octubre, fueron sembrados y que ahora por estas fechas ya están prácticamente recolectados. Principalmente los cereales (trigo, cebada, centeno, avena, etc.). También están las patatas que se suelen sembrar (las tempranas) cuando no hay peligro de las últimas heladas, allá por el mes de marzo y se empiezan a recolectar a finales de Julio y Agosto. Y aquí viene el dilema de todos los años. Están baratas y hay que esperar a que suban, porque llegan patatas de otros lugares e invaden el mercado (son más tempranas) y hay que aguantar un poco a que se descongestione el mercado y vuelvan a subir un poco (en el mejor de los casos) y entonces poder sacarlas. Cosas del negocio.
Lo que si es cierto es que este año, la cosecha (al menos de cereales) es muy buena, prácticamente dobla a la del año pasado, según expertos en la materia. Esto no quiere decir que los precios vayan acordes a la calidad-cantidad de la cosecha.
Otro producto que en su tiempo causó cierto furor, casi desmedido, fue el pepinillo. Empresas del norte de España llegaron al pueblo ofreciendo un buen dinero por la recolección de pepinillos para conserva. Así se consiguió que muchísimas familias sembraran sus parcelas y huertas de esa planta que ofrecía mucho fruto y se podía recolectar varias veces en una temporada. Así, día tras día, las familias enteras recogían los pepinillos (de distinto calibre) y los llevaban al lugar de recogida que era, si mal no recuerdo, en casa de Mario. De esta forma se sacaban un dinerillo para ir pasando el otoño-invierno hasta que llegaba la planta de la fresa, otro producto que tuvo su época.
La recolección de los cereales se empezaba con las algarrobas a primeros de junio. Después se continuaba con la cebada, centeno, avena, y trigo durante prácticamente todo el mes de julio. A primeros de agosto más o menos es cuando los segadores terminaban la tarea (durísima) de la siega. Se madrugaba mucho y cuando digo mucho, es mucho. Antes de salir el sol, incluso algunos se quedaban a dormir en las propias tierras para no perder tiempo y empezar en cuanto se podía ver un poco y así engañar al sol unos minutos. Los rapaces tenían su protagonismo porque eran los que llevaban el almuerzo y la comida en las aguaderas, a lomos del burro o yegua, a los segadores. Había algunos que se comían algo por el camino (por qué sería).
Los prados, las eras (después de que la boyá se hubiera comido las altas hierbas) estaban llenas de la mies segada y había que trillarla con la pareja de mulas, bueyes enganchados al trillo para que, después de bien trillada, se pudiera aventar y preparar para llenar los sacos de grano con una medida que se llamaba media fanega y así, saber cuánto se había recolectado.
Una vez que la mies estaba limpia, la paja se amontonaba y se cargaba en los carros, preparados con sus mantillos y tirados por bueyes o mulas, para llevarla hasta el pajar donde por un bocín se metía hasta llenarlo prácticamente, después de un carro y otro y otro…
Todo esto, lógicamente, se hacía con los utensilios que entonces había para esos menesteres. Hoces, dediles, bielas, horcones, rastrillo, trillo, torno, criba, pala de madera, etc., etc., etc. Y lógicamente el hombre, el trabajador. Se veían los prados llenos de personal y ganado con unos montones de trigo, cebada, avena que no se han vuelto a ver, ya que ahora se hace todo, prácticamente, desde la tierra.
La vida, como es lógico, hubo un momento que cambió con la llegada de la maquinaria y todo fue distinto. La figura del segador desapareció (junto con sus utensilios), la era, la trilla con los animales, la limpia del grano lanzándolo al aire con las palas de madera y el transporte de la paja con los carros ataviados con los mantillos, ya no tenía sentido por la llegada de la maquinaria. Las segadoras, trilladoras y limpiadoras ahorraban mucho tiempo y trabajo. No digamos después cuando se inventó la cosechadora, que lo hacía prácticamente todo desde la tierra. Segaba, limpiaba y a la vez iba llenando los sacos de grano con menor trabajo que ir llenándolos con las medias fanegas.
En verano, en el pueblo había vida, la gente estaba en el campo, en las eras porque había que hacer las labores propias. Se respiraba de otra manera a la de hoy y se recuerda con añoranza.
Toda esta labor de siega, trilla y recogida del grano y la paja concluía aproximadamente sobre el 21 de septiembre (San Mateo) día que se aprovechaba para acudir a despedir las ferias de Salamanca.
Estos tres meses y medio, casi cuatro, que aproximadamente duraba la tarea del cereal, ahora se han convertido en prácticamente dos. Debido a la lógica evolución de la vida y aunque se hayan perdido puestos de trabajo en el campo se ha compensado con más comodidad y menos dureza a la hora de realizar estos trabajos.
Espero que este pequeño relato, a algunos les haya hecho volver la vista atrás y recordar su juventud. Estoy seguro que se puede ampliar y mejorar y a la vez enriquecerlo. Estamos abiertos a todas las aportaciones que cada cual estime oportunas. Tanto sobre este relato, como con cualquier otro que desee.
En el video foto, volviendo a la antigüedad y centrándonos sobre todo en los cereales veréis fotos de segadores, hoces, dediles, horcas, bielas, horcones, trillos, media fanega, cribas, carros con sus mantillos para acarrear, etc., etc., etc.
DISFRUTADLO
2020-08-15