Recuerdo aquellos domingos de invierno en los años 80 donde la niebla y el frío eran nuestro pan de cada día, no había ropas térmicas, ni mucho menos campos de fútbol como los de hoy pero sí que sobraban las ganas de enfundarse esa equipación roja con el escudo pegado al corazón y salir al césped, muchos de ellos sin dormir después de una noche de fiesta con sus amigos, y darlo todo por su pueblo para el disfrute de su gente.
Mis primeras imágenes son las paradas de Chuscas, la férrea defensa de Satur y Charli, las carreras de Chino por la banda, la brega de Cipri, la calidad de Ángel “papelero”, la lucha de Javi “el rata” en la delantera con el cual compartí años inolvidables en el Amatos, que la mitad de la plantilla éramos villorejos.
Esos vestuarios, fríos más bien helados, pero dónde se respiraba ese fútbol de antes, sin lujos ni chorradas, simplemente ganas, lucha, barro y como no algunos toques de calidad, pero sobre todo eran un EQUIPO, que defendía los colores de su pueblo.
No me puedo olvidar de dos pilares que ya no están con nosotros, Benito “Cordovilla” y Tito “el pintor”.
Desde luego que esos domingos me hicieron sentir que ese deporte inventado por los ingleses tenía algo diferente, pero lo que realmente aprendí es que la unión hace la fuerza y que en un equipo no pueden ser todos “Maradonas”, también se necesitan “Camachos” y “Juanitos”.
Hablando de la historia de nuestro club, de los que destacaron técnicamente siempre salen a la luz, Félix el de “Babilafuente”, Sera “el Mulas”, Manolo Maés, Seve, Edu el de Amatos, Domingo, etc., etc., que yo no recuerdo pero que son historia del equipo, pero para mí el que me llamaba la atención fue un foráneo, que jugaba en equipos de otro nivel y que peloteaba conmigo cuando era un crío, Ramón Granados. Tuve la suerte de compartir vestuario con él en el ocaso de su carrera, pero me di cuenta que «el abuelo», tuvo que ser un Crack.
Siento no poder hablar mucho de esos años de gloria en Preferente porque no lo viví, pero desde luego se, de buena tinta, que la gente estaba volcada con nuestro querido EQUIPO.
Ahí compartí vestuario con los foráneos Michel, “Canario”, Óscar, Marcos y los amigos del pueblo, Grego, Víctor, Hipi, Tabares, Urbano, Santi “poli”, Ángel, Alfonso, Alexander, Cordo, Grilli, Antonio, Javi “Pruden”, Juan Carlos, “los Abuelos”: Javi “Rata” y Granados y como no Gerardito, que a día de hoy sigue dando guerra. Y en la parte directiva y entrenadores, el “Vasco”, “Cipri” y Amalio, se me olvidan muchos, pero además de ser un equipazo éramos amigos, que después de los partidos pasábamos el domingo juntos mojando las palabras y lo más importante para mí, siendo felices.
Me vine a vivir a Madrid y solo le pedí a mi mujer que quería seguir jugando con mi pueblo, así hice hasta que un sábado de enero yendo a jugar un partido tuve un accidente, del que gracias a Dios pude salir, pero el futbol se terminó para mí.
La vida sigue, pero los que amamos este deporte y disfrutamos con el olor a hierba recién cortada perdemos una parte importante.
Hace dos años junté a un grupo de chavales que estaban hambrientos por jugar en su pueblo y a día de hoy orgulloso de que el FC. VILLORIA siga dando momentos de gloria y entreteniendo a esos niños que como yo en los años 80 aprendimos a amar este juego tan bonito, a veces, y tan injusto otras.
Para terminar, deciros a todos aquellos que algún día defendieron estos colores, el 26 de diciembre jugaremos un partido y comeremos un cocido al cual estáis invitados para volveros a poner las botas, pero sobre todo hablaremos de fútbol y recordaremos lo que fuimos y lo que somos, porque lo más bonito de este deporte son los momentos y los amigos, no el dinero. Que por desgracia lo mancha todo.
Espero que sigamos muchos años DISFRUTANDO de nuestro equipo y en nuestro remodelado campo de EL ARENAL ¡¡¡Vamos rojos!
Javier López Martín 2021-11-06
