Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

Anécdota de Villoria

Me acabo de acordar de una anécdota que me contó mi padre de este pueblo de Villoria.

Resulta que vino a la fiesta del 8 de septiembre aproximadamente en

1945. Se encontró con unos compañeros de la mili en el bar. Que según se explicaba debía de ser el bar de Mundo.

Se salió toda la gente porque iba a empezar las corrida de toros. Solamente quedaban esos compañeros y mi padre dentro, entonces el dueño del local los mandó salir. La única puerta que vieron, iba a dar al ruedo. La plaza estaba echa, creo que con carros de madera.

Estaba todo abarrotado y no se cabía. No podían subirse debido a la gran multitud. Entonces unos cuantos mozos trataban de refugiarse en un rincón digamos apartado de la plaza,,,. En ese momento vieron que salía ya el toro. Un mozo que se hallaba debajo de un carro le tiró su chaqueta al animal y mientras este la estaba desgarrando los otros mozos que se encontraban en el rincón ideaban como defenderse de la fiera si les atacaba. Inmediatamente a uno de ellos se le ocurrió que los tenían cayado se lo prestaran a los más altos y estos a su vez se pusiesen en la parte delantera para cuando se acercase el toro darle golpes, y que fuese lo que Dios quisiera. Pues así lo hiceron. Mi padre que estaba en el grupo de los más altos, agarró un cayado que le prestaron y otros cuantos hiceron lo mismo. Al acercarse el animal se liaron a golpes y el toro salió bufando. Pero volvió por segunda vez; y ciegos le zurraban hasta que consiguieron que se alejara. Como siempre cuando cuento una historia no sé con certeza los detalles pero si lo más importante.

Lo cierto es que no pasó nada. Pudo haber acabado en tragedia pero lo que ocurrió aquel día en Villoria fue un milagro. Y para mi, que soy creyente, fue un milagro de la Virgen de la Vega. Yo no lo pongo en duda.

Inés García Hernández

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