Ya de vuelta a la capital del reino, con los horarios, atascos, prisas etc., etc., recuerdo los días que he pasado este puente en Villoria y por más vueltas que le dé, sigo pensando que, si lo hubiéramos hecho mejor en este nuestro país, eso que hoy está tan de moda que es «La España vaciada», simplemente sería, eliges el pueblo o la ciudad para vivir.
Mis amigos se meten conmigo porque alabo las cosas buenas que tiene Alemania, sin ninguna duda el reparto de las empresas y fábricas por todo el país ha hecho que sus habitantes no estén concentrados en cuatro ciudades como aquí. Al no existir el paro, y teniendo sueldos dignos tienes la posibilidad de criar a tus hijos rodeados de bosques, ríos y ciervos o en la ciudad, que aun así tienen muchos parques verdes repartidos por la misma, con lo cual también ayuda a respirar un poco mejor. Tenemos la suerte que en nuestro pueblo hay vida, porque estamos cerca de Salamanca.
En los últimos años ha llegado mucho trabajo a la comarca. El ayuntamiento decidió hace años vender solares a buen precio para que los jóvenes se hicieran la casa en el pueblo. Las asociaciones culturales y deportivas tienen mucha vida. Vienen grupos de teatro, música, toros, fútbol, pelota, baloncesto etc., porque tenemos instalaciones y gente que se mueve para que esto no esté muerto. Comentando el otro día sobre este tema con uno de esos que no para de buscar cosas para traer a Villoria y que no lo hace ahora que está en el equipo de gobierno, sino que ya lo hacía cuando éramos pequeños perteneciendo a la asociación de fiestas, tocando la guitarra cuando volvíamos al pueblo del internado, en misa o donde hiciera falta, o simplemente apoyando, que por desgracia hay muchas veces que ese gesto no aparece, las críticas sin embargo están a la orden del día. Siempre he oído que por que se gasta el dinero en esto o en lo otro, pero lo que me duele es que la mayoría que tienen la lengua caliente no ayudan a que nuestro pueblo sea referencia de la comarca y simplemente despotrican contra los que ayudan desinteresadamente para que todo vaya como un reloj.
Antes de irme a estudiar a Salamanca se me daban bien varios deportes porque alguien en nuestro pueblo nos enseñaba sin cobrar ni un duro, Esteban a la pelota, Polito a futbol sala, Félix al tenis de mesa, Nani y compañía al ajedrez y Manolo, Benito, Tito, Vasco, Jaro, Fernando y otros muchos que no recuerdo porque era pequeño a practicar fútbol y atletismo. También tenemos que agradecer a los padres Dominicos que hicieron que nuestra comarca fuera referente en cultura con el teatro y las asociaciones que empezaron por aquella época, al igual que nuestra Besana. Sin todos ellos y los que ahora siguen con el legado, Raúl, Jose Mari, Cordo, Rodrigo, Nandi, Cipri. El teatro con Jesús Mari y todo el elenco de artistas y compañeros, las asociaciones de caza, de la mujer, de baile, de la tercera edad, el coro, de motos, de caballos, de toros, al recién jubilado Pepe y alguna que se me olvide Villoria no estaría donde está, ni sería la envidia de la provincia.
Yo desde aquí puedo hacer poca cosa y no es porque no quiera, pero por lo menos agradecer y apoyar en lo posible a todos aquellos que sí lo hacen para que no nos falte de nada. Uno de esos y que recibe palos por todos los lados es mi gran amigo Alexander, que tendremos mil discusiones, pero ahí está para lo que haga falta y sin él, aunque a mucha gente de esa que tanto le critica le duela, esto no sería lo mismo. No sé cuánto me queda para volver al pueblo, pero espero que sigamos estando en el mentidero de todo el mundo, los que estamos fuera seguimos orgullosos de que por lo menos, el nuestro, no esté tan vaciado y con la lucha y el esfuerzo vivir en un pueblo como Villoria sea una suerte y que nuestros niños y mayores tenga de todo.
“Engrandecerás a tú pueblo, no elevando los tejados de sus viviendas sino las almas de sus habitantes” -Epicteto-
Javier López Martín
2021-12-13