Se nos fue el mes de mayo
jaranero y juguetón,
con calores de verano
y vientos sin ton ni son.
Junio llama a la puerta
pintado de rojo amapola,
de verdes trigales
y de incipientes maizales.
Atrás quedó el amarillo de la colza,
el canto de la abubilla
y el olor a manzanilla.
Ya huele a verano,
el trigo,la cebada y el centeno
maduran su grano.
Pronto el color verde
dará paso al dorado ,
dorado de un campo
cada vez más harto y cansado.
Mayo se va como vino,
cargado de malos de bichos,
de conflictos armados
y de nubes preñadas
de precios desorbitados.
Mientras tanto, las cigüeñas reinan en nuestras torres, campanarios, valles y riscos.
Nos vigilan con cariño,
recordando que antaño
nos traían a este mundo,
colgados de su pico,
envueltos en un triste paño.
A mal tiempo buena cara.
Disfrutemos, de momento,
de los sanos calores
y la gama de colores
que nos regala junio en sus albores.
Fotos Pilar Corredera