Un buen día se nos quedó esta foto en el archivo. Nos la enviaba Julia Pérez, en ella nos muestra una llave a la que califica como «la llave más grande de Villoria».
No le falta razón, tanto por su tamaño, como por ser el ángel de la guarda de nuestro bien más preciado, ese que ha sido y es testigo secular
de fiestas y bodas,
de bautizos y entierros;
de rezos,
de llantos en silencio.
De aromas a pan, vino e incienso.
De comuniones y confirmaciones;
de conciertos, proclamas y soflamas.
De «pater noster» misereres y aleluyas;
de cantos de esperanza.
Guardiana de la casa de todos,
de nuestra casa.
Que la siga protegiendo muchos años.