En enero del 2021, Carlos Hidalgo, nos presento una primera parte dedicada a los templarios, que podéis volver a recordar en el siguiente enlace,
Hoy nos presenta una segunda entrega de este apasionante mundo de los templarios.
Muchos libros se han escrito sobre esta orden y sus especulaciones son casi infinitas ya que no hay certeza de lo que en los libros aparece, posiblemente al estar tan repetidas estas, (casi siempre se escribe de lo mismo, o al menos muy parecido) se den casi como sucesos reales; lo que sí sabemos es que existió y que de todas las Ordenes Militares surgidas al amparo del espíritu de las cruzadas, ninguna alcanzó tanta fama, tanto poder, riqueza y renombre como esta; muchas son leyendas, enigmas y misterios , incluso a ello ayudó su trágico final; nos estamos refiriendo a la Orden del Temple.
A pesar de lo que se cree no fue la primera orden que se fundó, la primera la instauró el rey navarro García IV en el primer tercio del siglo XI llamada Orden de los Caballeros de la terraza, su fin era defender el nombre de la Virgen María, aparecieron ordenes como la del Cister Orden Monástica Católica fundada en 1098 por Roberto de Molesmes, la Orden de la Hermandad del Hospital de San Juan se creó en Jerusalén para ayudar a peregrinos enfermos, y desprotegidos en Tierra Santa, posteriormente sería conocida como la Orden de los Caballeros de Rodas más tarde su nombre sería Orden de los Caballeros de Malta, esta ha llegado hasta nuestros días, en la actualidad tienen embajadas y representación diplomática.
En el 1189 se constituye en San Juan de Acre la Orden Teutónica conjugando los ideales hospitalarios y militares del temple.
Posteriormente se crearon otras Órdenes Militares tales como: la de Santiago, en el año 1161; la Orden de Alcántara, en 1156; la Orden de Calatrava e 1158 y la de Montesa fundada por Jaime II en el año 1317. Con el paso de tiempo se constituyen otras órdenes con diferentes fines, Toisón de Oro, Reales Maestranzas etc.
Las primeras órdenes se fundaron en la península Ibérica que había sido ocupada por los árabes en el año 711 de nuestra era y fue el comienzo de las cruzadas. Estos pueblos del norte de África entraron en la península en 711 y fueron expulsados de esta en el año 1.492 por los Reyes Católicos con la conquista del último reino de Granada y firmadas en las Capitulaciones de Santa Fe.
Entre los 1118 y 1120 un grupo de caballeros franceses marchan a Jerusalén dispuestos a dar sus vidas por su fe, para defender a los peregrinos cristianos que hacían la ruta desde Jaffa, puerto marítimo donde desembarcaban y conducirse a la Ciudad Santa; el camino estaba infectado de ladrones, criminales y mal hechores que asaltaban a los peregrinos. Jerusalén ha caído en manos de los turcos Selyúcitas arrebatándosela a los árabes, en poder de estos últimos se hacía un libre peregrinaje de cristianos y judíos a la Ciudad Santa, incluso convivían en ella las tres grandes religiones monoteístas, judía, cristiana y musulmana viviendo en paz, incluso compartiendo algunas costumbres que tenían en común.
Los caballeros franceses que llegaron a Jerusalén: Hugo de Payns, Godofredo de Saint-Omer, Payer de Montdidier, Archivaldo de Saint Amana, Godofredo Bisol y Rolando fundaron la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo. Posiblemente Hugo de la Champaña estaba entre ellos, este fue el primero que llegó a Tierra Santa, vuelve a Francia en año 1108 y dejando a su mujer e hijo y muchas propiedades en su tierra, regresa a Jerusalén en 1114, se especula que pudo hacer dos viajes más a Francia transportando documentos y entregándoselos a la Orden del Cister. Moriría en Jerusalén, se cree que en la Orden Templaria.
En Jerusalén son acogidos por el rey Balduino II que concede parte de una mezquita en la explanada del Templo del Rey Salomón para instalarse, cuando el rey Balduino deja su residencia, palacio que ocupaba en la Mezquita de Al-Aqsa, se la cede para su uso a esta orden, Allí fundarían la Casa-Grande de la Orden hasta la perdida de la ciudad en el año 1187. En esta explanada también se asienta La Cúpula de La Roca, levantada según la tradición, por ser el lugar que Jacob tuvo el sueño, en el que veía la famosa escalera que ascendía al cielo.
Se cree que en los primeros años no se sumó ningún hermano al grupo y que se dedicaron durante mucho tiempo a excavar en los sótanos del lugar. ¿Qué buscaban los Hermanos Pobres de Cristo bajo el suelo de la explanada de las Mezquitas? ¿lo encontraron? ¿ qué hallaron ?.
En el año 1127 Hugo de Payns y otros hermanos Marchan hacía Europa para obtener ayuda material y espiritual, todo llegaría de mano de Bernardo de Claraval que con su autoridad prevaleció entre las altas jerarquías de la iglesia, el papa no pondría ningún impedimento para la formación como Orden Religiosa-Militar.
En el concilio de Troyes, en 1128 ó 1229, la autoridad eclesiástica valida la nueva orden y su regla, reconociendo a los templarios como la Milicia del Templo del Rey Salomón, solo deberá obediencia a la Iglesia y quedaban libres de pagos de impuestos a los reyes y a la propia Iglesia; aunque a esta si les entregaron diezmos y premisas durante algún tiempo.
Los monjes-soldados tenían que existir para la defensa de la fe. En 1139, solo 11 años después, el papa Inocencio II ratifica la orden templaría como orden religiosa.
El temple en la península Ibérica:
El primer Maestre provincial que hubo en la península Ibérica fue Hugo de Rigava. El templario Raimundo Bernardo recibió la primera donación de estos lugares, de manos de la Reina Teresa de Portugal, que correspondía al castillo de Souce con todas sus renta; aparecen veinte donantes más en 1129.
En Cataluña, Berenguer III Conde de Barcelona, había estado casado en primeras nupcias con María, hija de dº Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Concede a la orden su persona, su caballo y su armadura y el castillo de Grañena, pocos días después muere en el hospital de los pobres abandonando su castillo en acto de humildad. Otros nobles catalanes siguen el ejemplo del conde haciendo donaciones como el castillo de Barberá etc.
En Aragón y Navarra el Rey Alfonso I el batallador, hace testamento dejando su reino a tres órdenes militares; La Orden del Hospital, la Orden del Temple y la Orden del Santo Sepulcro, aunque esta no fue nunca militar, a partes iguales
Alfonso I no tenía hijos herederos y algunos nobles que se encontraban en idéntica situación donaron a las tres órdenes muchas de sus propiedades.
Castilla y León fue más tardía con las donaciones, esto al menos que se sepa, no sería hasta el 1146 cuando parece que se establece la orden en este reino. Alfonso VII y su hermana Sancha era grandes devotos de San Bernardo y del Cister. Alfonso donó en 1146 la Villa de Vilaseca con un moro que era aparcero, con su casa y su heredad y que estuviera al lado del Temple.
La casa del temple:
Recordemos que este Templo, el primero de los construidos, fue edificado por mandato del Rey Salomón, con tres propósitos principales en mente: que se convirtiera en eje central de la fe judía en Israel; que fuera un lugar en el que se sacrificaran animales en honor a Dios y, por último, que sirviera para guardar el Arca de la Alianza, que en su interior se guardasen los Diez Mandamientos entregados a Moisés en el Monte Sinaí. El templo fue saqueado e incendiado tres veces; después de tanta destrucción pudo desaparecer el Arca de la Alianza, o continuar en los sótanos del templo, donde se cree que lo guardo el Rey Salomón. ¿los templarios pudieron encontrar el Arca de la Alianza? Como tantas cosas, quién sabe.
La Casa-Madre de los templarios quedaría establecida de forma definitiva, hasta la caída de Jerusalén, en la explanada del Templo de Salomón. Algunos quieren ver la elección de este lugar premeditada, donde están los musulmanes con sus mezquitas, los judíos con el muro de las lamentaciones y el asentamiento cristiano por medio de la casa del Temple. El recinto era por tanto un lugar de culto para las tres principales religiones monoteístas, es decir con un solo Dios. Se puede pensar que la elección se debió al deseo de fusionar las tres religiones en una sola de carácter para todo el mundo conocido; esta pretensión debió ser no solo una especulación templaria, sino que también estaría en la mente de los creyentes de buena voluntad , fueran judíos, islámicos o cristianos, aunque esta idea no pasa de la especulación, tendrá una fuerte influencia en la leyenda templaria y tomada en su contra en el arresto de 1307 y el juicio de 1314 bajo el brazo de la inquisición, de Felipe IV y Clemente V.
Aunque la Orden Templaria se creó en el año 1118- 1119 no sería reconocida por la iglesia hasta el año 1129 en el concilio de Troyes y en esta fecha se estable LA REGLA, estatutos por los que se regirá la orden.
La orden de los Caballeros del Templo del Rey Salomón, pasa a depender directa y únicamente del papa en el año 1139 de esta manera solamente tiene que rendir cuentas al papa de turno.
El emblema de la orden en el Hábito de los monjes soldados, que es la cruz, seria autorizada por el Papa Ruterio II en el año 1147. Se dice que después de asistir este a un capítulo de la orden, quedó tan impresionado de la religiosidad y disciplina de aquellos monjes soldados que les otorgó el uso de la cruz.
Para ingresar en la Orden del Templo del Rey Salomón, el iniciado tenía que cumplir unos requisitos, como ser hombre libre; a partir de ahí daba comienzo un ritual, el primer capítulo decía “ gentil hermano, no debes buscar la compañía de la casa para poseer riquezas ni para dar gusto a tu cuerpo, ni para recibir honores, sino solo para tres fines: para renunciar al pecado de este mundo; para servir a Nuestro Señor y para ser pobre y hacer penitencia en este mundo y salvar tu alma en el más allá. Todo este ritual, que era más extenso, terminaba con un beso en la boca que todos los presentes daban al nuevo miembro; esto no encerraba ningún concepto misterioso ni esotérico, pero el asunto del beso, manejado y deformado fue una de las muchas acusaciones que soportaron Los Templarios en el juicio de 1307.
El beso en la boca era aceptado, ya en el poema de Mío Cid, hay referencias a esta práctica común entre caballeros. El Cid besa así a su Minaya y era normal que los abades de los monasterios recibieran con un beso de estas características a sus visitas y hermanos de comunidad cuando regresaban de viaje.
La Orden, que estableció su casa madre en Jerusalén en la explanada del Templo, tuvo que abandonarla cuando Jerusalén fue conquistada por Saladino en el año 1187 y se trasladó a San Juan de Acre, donde se situó la residencia del Gran Maestre y su casa convento.
El año 1291 cae San Juan de Acre en manos musulmanas, ya no quedan plazas cristianas en Tierra Santa y se trasladan a la isla de Chipre, Allí se mantendrían, ya con las horas contadas, hasta la caída del Temple en el año 1312.
Carlos Hidalgo Hernández
Junio 2022