Parece ser que no ha sido suficiente, recientemente recibíamos la noticia, por parte del ayuntamiento, del precinto de la vivienda situada frente al centro de salud, vivienda que había sido profanada, por no se sabe quién, y era un trajín de entrada y salida de jóvenes.
Pues no ha sido suficiente este tapiado de ventanas y la vivienda ha vuelto a amanecer con persianas y cristales rotos con otro fácil, pero peligroso acceso a ella, lo que en un principio todos tomamos por una «chiquillada», es un delito de allanamiento de morada, añadiendo, el peligro que tiene acceder a ella a través de una ventana de cristales rotos.
Tal vez sería conveniente que las autoridades competentes procederían, si es posible, al precinto total de la vivienda, dado las condiciones lamentables que presenta y el peligro que ello conlleva.