Hoy , me levanto de la cama relajado y contento después de un fin de semana de cachondeo que para mis años yo creo que me paso por algún exceso. Bueno no soy tan mayor.
Desde mi bajo conocimiento de la vida quiero expresar lo que yo veo y siento. Creo que nos estamos metiendo un poco en el despilfarro por la situación que hemos vivido.
Quiero plasmar que he conocido gente millonaria que han muerto pobres con su mentalidad de amasar riquezas que no se dieron un gustazo en toda su vida dejando sus fortunas a sus queridos hijos, pero han muerto solo como perros y la verdad a mí me entristece.
Hemos estado dos años con mucho miedo y casi muertos en vida y todavía hay mucha gente que no ha superado las secuelas, pero han sido peor para los que nos han dejado. Esto ha servido para cambiar el chip y ordenar tu mente, tu manera de pensar, de intentar ser una buena persona con las cosas que están sucediendo. Hemos entrado en un estado de derroche que es bueno porque se mueve el dinero. Aunque puede suceder que nos tengamos que abrigar con mantas y alumbrarnos con candiles y velas (según advierten).
Los Ayuntamientos están compitiendo en quien es el que tiene más encierros, toros, orquestas, pelota y cosas culturales. Pequeños pueblos este año están poblados de niños, de toda clase de gente y se lo están pasando bomba y la gente está hasta altas horas de la noche para disfrutar de esa luna resplandeciente y esas estrellas del universo que te quedas dormido mirándolas soñando despierto acordándote de la vida pasada y enamorándote de todo que te rodea.
La gente sale de las ciudades en tromba porque debajo de sus asfaltos parecen volcanes en erupción por el motivo, que yo en mi vida he conocido, de estos calores. Y tengo que decir que los pueblos son diamantes enterrados por culpa de muchos políticos que no hacen nada por ellos.
Recuerdo cuando era pequeño y trabajábamos en la siega con aquellos calorazos, pero era la supervivencia. Hoy no creo que lo aguantásemos.
Como a mí me ha costado en la construcción con esos calores en esas fachadas y con esos fríos bajo cero así que nos hemos hecho inmunes, lo llevo con normalidad.
Pero la vida cambia y esta es otra generación y otro siglo donde yo creo que la gente está abriendo mucho el ojo y quieren vivir que lo veo estupendo, pero hay que trabajar.
Nunca he conocido tanto movimiento en las terrazas de mi pueblo y de otros. Viernes, sábados y domingos en el chiquiteo lo mismo y los pueblos que tienen piscina es un goteo acojonante. Si es verdad que han subido un poco la bebida, pinchos y comida, pero es normal porque a ellos también les suben los impuestos. Lo peor es quien no tiene esta suerte que son muchos, porque no se ven los invisibles, así que seguiremos así, aunque hay gente que le gusta meter mucho miedo y ponzoña (ellos seguro que no lo pasan mal y doy fe de ello), pero creo que no lo van a conseguir porque hemos visto muy de cerca las orejas del lobo y no queremos que nos devore así que, habrá que andar con cautela, pero es cuando más dinero tenemos como consecuencia de las circunstancias que he mentado.
La gente pasa mucho de la ropa, yo creo, en los buenos vestidos y trajes, pero no de las fiestas porque aquí se celebra todo. Viene una criatura al mundo, le cortan el cordón umbilical llegan a casa con la criatura y por la noche ya está la juerga, así funciona, con una buena parrillada, algunos hasta con orquesta, con sus castillos hinchables donde salta hasta la abuela y el recién nacido y los abuelos cascados le compran una hamaca para que se balancee, que me da envidia. Así que como dice el cantar de la iglesia “a comer y a beber que nos han sentado en la mesa redonda de la igualdad”. Yo de pequeño no conocía ni hamburguesas ni croissants ni yogures ni muchas putaditas que ahora se comen (que lo veo normal) chavales de 8 años para arriba que lo hacen mis nietos (yo no me excluyo). Se juntan cuadrillas de amigos y amigas y ¡ala! los sábados y domingos con su Coca-Cola al lado se lo pasan bomba porque no tienen que madrugar y los padres y los abuelos: que no os falte nada hijos, que no os pase como a nosotros. Ahora que si les dices, a ver si me vas a echar una mano que os necesito, ahí hay que hablarles en inglés para que te entiendan porque en español no se enteran.
Como a mí y a muchos que íbamos a buscar un cacho de pan con tocino o un cacho chorizo gordo si era el domingo de Resurrección porque había que guardar la matanza para el verano porque allí no estaba el barco de chanquete. Así que disfrutar hijos, pero comprometeros que hay muchos jóvenes que lo están pasando mal porque el maná no viene del cielo como nos decían en la biblia, os lo tenéis que ganar vosotros con vuestro esfuerzo. No me extraña que nosotros hasta los 18 años estuviésemos revenidos de sexo, de libertades, de enseñanza y lo peor, de estómago, que solo lo llenaban los pudientes.
Termino. Lo más grave; creo que soy un cínico, pero no me escondo. Cuando vine de Bilbao compré una parcela para hacer una casa con jardín por delante y a la parte de atrás un terrenito para sembrar mis mecánicas (tomates, lechugas, pimientos, fréjoles, etc) hay cuatro puertas por donde puede pasar todo cristo, no me gustan las alambradas ni los muros. A los 10 años cinco amigos compraron un terreno lindante al mío y en el que hemos convivido en armonía y no ha habido un hazte para allá. Los hijos y nietos de mis amigos han pasado por mi propiedad a jugar al fútbol y hacer hoyos en el huerto para jugar con los míos que me encanta. Ver que los míos pasan para el otro lado y nunca me han hecho una picia. Como decía Jesús dejad que los niños se acerquen a mí. Nos identificamos como El Barrio y tenemos un filin acojonante de respeto y cariño.
Y lo que he contado de comilonas, celebramos los quintos de mi mujer, pero pásmate que algunos duramos mas años que Matusalén que fueron 969 pero estamos como rosas para comer y beber y el sábado hicimos la fiesta. Todo el día de cuchipanda comiendo y bebiendo que nos lo pasamos bomba. Algunos nos han dejado, otros se han dado de baja y alguno está de vacaciones así que yo quizás sea el mayor, pero me pongo como Pepote y he cogido dos kilos en un día.
Pero al siguiente día un “cabronazo” que está en Cataluña organiza una paella en la Almeda, el domingo, para El Barrio. Yo le dije que no iba. Mal hecho. Y es debido que el domingo para mi es sagrado, voy a misa salimos la cuadrilla y al chiquiteo que me sabe a gloria y llego a casa más cuarteao que las modelos, me doy la morrá, me cojo el pendingue y a jugar a la subasta que según dicen los compañeros hago muchos arrenuncios, pero algunos de ellos no les da el tufo. Me duché, me puse guapete, que no me hace falta, porque yo digo que el que tuvo retuvo y al llegar con ellos me la montaron.
Algunos llamándome desertor y otros improperios que me dejaron acojonao porque no había colaborado ni llevado sillas y tableros encima que estaba mi hijo y mi mujer. Lo que mas me dolió fue lo de desertor como le pasó a Glend Ford en la película El desertor de el Álamo que tuvo un motivo. Así que ellos se dieron una comilona y cenaron también y a mi me dieron el postre (todo con cariño porque soy el mayor) pero os digo he pasado muchas sillas y tableros para hacer comilonas y he salvado gatos cruzando la carretera, pero matas un gato y te llaman mata gatos. Así que le día que os deje lo vais a sentir mucho y ya me diréis cuántas paellas vais a preparar porque os estaré vigilando, pero nunca rompáis el barrio por cuatro chorradas una vida es preciosa amándonos y no odiándonos.
Muchas gracias de corazón
Alfonso el Pindoque
Lo más grande es morirse hinchado antes que pasar hambre