Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

Llegamos al otoño de nuestras vidas.

«Se va la tarde y me deja
La queja, que mañana será vieja,
de una balada en otoño.»
Así decía parte de la letra de una de las canciones más hermosas de Joan Manuel Serrat. Un otoño pintado de grises , en todas sus tonalidades, en el que ya estamos inmersos los que ayer nos volvimos a reunir tras dos años de obligada reclusión, impuesta o voluntaria. Muchos han sido los días, semanas y meses que nos han robado a nuestras ya maduras y dilatadas vidas, pero esto, en lugar de un obstáculo, ha sido un aliciente para poder celebrar con más ánimo, si cabe, un reencuentro que ya echábamos en falta.
Nos hemos hecho mayores entre alegrías y sinsabores, entre burbujas, entre años de bonanza y de crisis, de vacas gordas y también de flacas; formamos parte de esa generación que recogió el testigo de esa otra «generación de hierro» que se sacrificó por dejarnos un mundo mejor y más libre, y a fe que hemos sido dignos herederos. Nos encontramos aquí, en esa edad , (no hace mucho emblemática) que marcaba el fin de un ciclo para comenzar otro de tranquilidad y descanso merecido. Algunos hemos llegado y a otros les queda muy poco, pero todo llegará. Nunca es tarde.
Ahora nos toca gozar de «la juventud de la tercera edad», es verdad que con más canas, la frente más amplia, los pelos peleándose por tapar huecos donde antes había pelo, las arrugas marcando veteranía y experiencia, y cómo no , el que más y el que menos con sus correspondientes pastillas para que el motor siga funcionando correctamente.
Estamos en un momento en el que nos encontramos con el dilema de elegir entre disfrutar de un otoño cálido, lleno de matices y coloridos por descubrir, o esperar, resignada y pacientemente, a que llegue el invierno al que, de forma indefectible, nos dirigimos. Será cuestión de elegir, no nos vaya a pasar como al asno de Buridán.
«Ya llegó nuestro otoño, colmado de claros amaneceres que bañan la fuente de Alba y de cielos arrebolados de poniente
que apagan su luz por el monte de Babilafuente. »
Suerte, compañeros, y gracias por vuestra amistad.

SPP

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