Cuantos palmeros hay en este mundo, adulando la muerte de una reina. Yo me siento un mequetrefe en la literatura, no he estado en una universidad para retener mis modales y procuro escribir con mis sentimientos.
Tanta hipocresía me da escalofríos, porque en la tierra no hay dioses ni ángeles, sino personas.
Se ha muerto la reina de Inglaterra, lo siento; pero tenía que morirse. No me caía ni bien ni mal, pero vaya una montadita que se han inventado con su muerte. Once días dándole vueltas por toda Inglaterra, el Ulster, Escocia y por todo aquello. Estaría la mujer hasta la corona de tantas vueltas con carros de oro, donde la guardia imperial la recibía con una escenografía, envuelta con una lambada y terminada con una sardana; los medios de comunicación nos han bombardeado como si fuera el fin del mundo.
Esta señora ha vivido como una reina, todos sus allegados han vivido como principitos, entre ellos ha habido un putiferio de corrupción, sexo a la fuerza, infidelidades y cosas que se han tapado, porque no querían que nadie les quitara protagonismo, que puede ser que algún día se sepa todo. Creo que no se salvan ni los perros.
Donde sus sucesores nietos, bisnietos, parecen personajes de ficción, moldeados con algo que no existe, ya podéis poneros pamelas y coronas, porque el aire os lo lleva, como la mies trillada y luego limpiada, apartando la paja del grano, quedando solo el trigo, que queda como el oro limpio de impurezas y de libertades, para que se consuma la gente necesitada. Ahí quedaría uno más a gusto; porque manda huevos los kilómetros que han tenido que andar para buscarle el descanso. Me parece que el que más lo ha agradecido ha sido su sucesor, el tío manías, que ha tenido que utilizar sus plumas para firmar en los actos de condolencia, trayéndole por la calle de la amargura. Con sus cordones de los zapatos planchaditos y cuatro trajes cada día, un wáter portátil y su cama en una mochila. Anda que no ha dado trabajo a los fontaneros el tío.
Yo creía que esas manías de los reyes eran de alto secreto de estado, cuantas tropelías ha cometido el imperio británico.
Si es verdad que a los 22 años tuvo que coger las riendas de la nación, que estaba en guerra, pero ¿Cuántos asesores tenía? ¿Cuántas mujeres jóvenes y hombres se han quedado solos? con una prole de niños, que muchos no se les lograron, que no tenían para comer, ni enseñanza, ni medicamentos para salvarlos.
A esta señora se la ha querido endiosar, una señora quizás de las más ricas del mundo y ¡cómo la quieren hacer tan humana! Mucho de su legado fue robado, como a España Gibraltar, a los argentinos las Malvinas,… ídem de ídem con más países. Esta mujer no hizo méritos como Teresa de Calcuta, Indira Gandhi o el padre Ferrer y muchos más que murieron en silencio entre los pobres, sin enterarse los ricos. Para mí ha sido una vergüenza y como todos hemos querido a nuestros queridos padres.
Me despido sin decir Dios salve a la reina sino, descanse en paz por su trabajo en la tierra.
Un abrazo.
ALFONSO “EL PINDOQUE” 2022-10-13