Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

Todos al camino de Villoruela.

Puente de los Santos, seguramente el que más desplazamientos tenga en nuestra piel de toro, todos intentamos visitar los cementerios donde están descansando nuestros seres queridos. Nos acaba de dejar FIDE, te echaremos de menos en el viacrucis, y en el pueblo al que tanto amabas, D.E.P. Como escribí hace poco se nos van yendo los que forjaron nuestra querida VILLORIA, me da mucha pena ver cómo nos pegamos en vida, dejamos de hablar con nuestro familiares y amigos, por tonterías, siempre por orgullo, pensando que tenemos la razón, queriendo quedar por encima de los demás, aunque destruyamos las relaciones familiares, estando años sin hablarnos con nuestros seres queridos y solo acordarnos e intentar solucionar ese problema cuando ya, por desgracia están en «EL CAMINO VILLORUELA».

Todos tenemos problemas en nuestra ajetreada vida, económicos, de salud, desgracias inesperadas, pero como se dice siempre, todo tiene remedio menos la muerte. Me encanta ir al bar, a estar con mis amigos y vecinos del pueblo, charlar de lo humano y lo divino, pero cuando ves por las tonterías que se rompen las familias, te das cuenta de que deberíamos de perdonar más, guardarnos nuestro orgullo en el diván y sobre todo ayudar y recordar a los que hace un tiempo nos enseñaron a caminar por la vida y que por alguna tontería hoy, no podemos ni entablar una conversación son ellos. Creo que todos los que estáis leyendo estas líneas tenéis o conocéis a algún familiar directo que esté en esta situación, estos son días para replantearnos ese problema que nos hace estar distanciados con nuestros hermanos, tíos, padres, primos, abuelos o amigos, porque cuando ya no estén no podremos empatizar y querer a estas personas, pero lo peor es recordar cada día,¿ por qué no solucioné el problema antes?. Cuando pierdes a un ser querido, siempre le das vueltas al daño que le hiciste, por qué le traté tan mal, fui muy egoísta con él, no le dije cuanto la quería….

En ese pequeño trayecto que va de la Iglesia de San Pedro al cementerio vamos dejando poco a poco las envidias, las disputas, el orgullo y todo aquello que nos ha tenido distanciados tanto tiempo de la persona que está en la caja de pino, hasta que ven bajándola a su aposento final dónde ya no hay vuelta atrás y todos tenemos el mismo dinero y estamos en igualdad de condiciones, ahí nos desplomamos para tirarnos de los pelos por no haber vuelto a disfrutar en vida de la compañía de nuestro ser querido, en vez de estar despotricando de él y haciendo sufrir a nuestros prójimos. Ahí es, en el camino VILLORUELA donde tenemos que descansar e irnos con la paz interior del trabajo bien hecho y sobre todo de haber sido una persona querida por los nuestros, con nuestras virtudes y sobre todo defectos. Por todos los villorej@s que ya no están a nuestro lado debemos de rezar, pero aún tenemos tiempo de solucionar los problemas con los que están aquí entre nosotros….

Javier López Martín.

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