Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

EL COMPROMISO DE LA FAMILIA

Para mí, la familia es lo más grande que existe si está enraizada con hechos y amor, porque es sangre de nuestra sangre y carne de nuestra carne. Es una pena, porque se están destrozando muchas por falta de dialogo, soberbia y ambición. Se hacen barbaridades por cariño y se muere por él. Lo mismo pego algún salto como las ranas, pero creo que me entenderán.

Yo vengo de dos familias largas, los “Montaraces” y los “Pindoques”. Lo pasaban muy mal cuando nos criaban nuestros padres, penurias, fríos, persecución, hambrunas y toda clase de vejaciones.

Por entonces se iban muy pronto a la cama con sus energías y su honestidad y se dedicaban a hacer niños, entonces las penurias no eran tan graves, porque eran felices con poco, porque eso era de ellos, ¡ya me entienden! Eran de cosecha propia. Así que salían niños por las chimeneas todos los años. Una gozada, camadas de ocho, diez, hasta catorce, ¡ahí, con huevos!

Así que tengo aproximadamente o tenía 65 primos carnales, todo un ejército. De lo que me encuentro muy orgulloso, teniendo cantidad de amigos entre ellos, porque no nos sacábamos muchos años y de pequeños como vivíamos en el mismo pueblo, conciliamos unos con otros, hasta que se fueron familias enteras a dejar los huesos fuera de sus queridos pueblos, a probar suerte por otras tierras, por la situación que teníamos aquí con el trabajo.

Había que buscarse las habichuelas, pero casi siempre hemos estado en contacto y a mi casa han venido muchos, lo que pasa que alguno ya no los reconoces, son muchos años sin vernos y las personas cambiamos por fuera, porque lo de dentro queda.

Se me han muerto siete u ocho, sientes una gran pena, recordando los buenos ratos que pasábamos de críos y de mozalbetes, pero es ley de vida.

Hace años cuando me vine con mi familia de Bilbao, después del trabajo iba a ver a mi madre casi todos los días y la decía, que vivíamos todos. Ni tirándonos por la “Cuesta San Benito” terminan con la familia. No hizo falta que nos tiraran, porque a los cuatro años nos dejó. Se fue en silencio sin despedirse de sus queridos hijos, que la adorábamos, pero consiguió lo que decía muchas veces. Hijo “Quiero poco mal y buena muerte” y maldito infarto, la dejó seca.

Así que lo consiguió, pero también me decía, no tengo miedo a la muerte, hijo con lo que os quiero, ¿Tú crees que nos veremos…? Yo la decía, no piense en eso, ha sido feliz en la vida, que es lo que cuenta.

A los ocho hijos nos costó sobreponernos, yo lo pase muy mal, porque por entonces tenía una maldita depresión y más por los disgustos que le había dado de niño y mozo. Pues esta familia de seis hermanos y dos hermanas, hemos tenido nuestras discrepancias, pero nos hemos querido mucho.

De todos aquellos que gateábamos por la chimenea, para ver la luz del día y empezar a maquinar que carrera nos interesaba, que para mí y para muchos fue el azadón, la hoz y los arados.

Por entonces solo tenían acceso a las carreras los privilegiados. Los humildes, tu cátedra era la pala de picos para quitar la mierda del ganado de los pudientes y la hoz para recolectar las cosechas de estas gentes. Como digo yo “Con sudor, lágrimas y sangre”.

Pero llegamos a conseguir el respeto de las personas y forjarnos como todos. Estoy muy orgulloso de que en mi pueblo hay gente que pisa fuerte, como empresarios, gente humilde con sus carreras que nadie se las ha regalado. Y qué bonito es que personas sacrificadas, humildes, hayan dado estudios a sus hijos, aunque cada uno valemos para lo que valemos, honradamente.

No me quiero despistar del tema, contando lo que ha sido mi familia que también ha habido sus cosas, pero lo que he visto mucho en gente, en familias, que hay muchas envidias, porque nos creemos que nuestros hijos o nietos son los más listos, inteligentes, los que mejores puestos tienen y ganando unos sueldazos, que lo veo estupendo. Pero con mis años valoro a las personas por sus hechos, porque todos no tenemos o no hemos tenido esa suerte. A veces nos pasamos porque humillamos a la gente que está a tu lado, que sus hijos no han valido para estudiar, pero quizás tengan más valores que los otros que tienen carreras y buen sueldazo.

Así que hay muchas familias rotas. Se hacen amigos porque en la familia no se soportan, por herencias y dinero que sus padres les dejaron, a mi honestamente, me da mucha tristeza.

Hace unos días nos ha dejado un hermano, el segundo, Nano. Creía que íbamos a ser intocables “Los Pindoques” pero no, y todavía no lo he encajado, revelándome. “Por qué a ti hermano”, dándote cuenta que por la “Cuesta de San Benito” vamos cayendo como personas. Pero te apena mucho porque era un gran tipo, trabajador, inteligente, persona seria. Pero hemos pasado juntos muchos eventos, bautizos, comuniones, bodas. Una gozada, hemos bebido, bailado, cantando to cristo. Gracias hermanos por tantos ratos de paz y alegrías. Quién sabe si cuándo casquemos el peine, lo mismo montamos una charlotada, para que se rían los que estén cerca.

Yo no sé quién decía. Se conoce a la pareja en el divorcio, los hermanos en la herencia, los hijos en la vejez y los amigos en las dificultades.

Un abrazo.

ALFONSO “EL PINDOQUE”

2022-11-15

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