Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria

Los niños del covid.

Érase una vez… Un virus que invadía todo un planeta.
Era un bicho muy malo y peligroso porque nadie sabia nada de él.
Un día sin saber cómo ocurrió, aparece en la vida de las personas que vivían en diferentes ciudades, pueblos o países del planeta Tierra.
Ese virus cada vez se hace más grande, porque se alimenta de la salud de los terrícolas, y crece y crece cada día más.
Como este virus o bicho, es muy listo, se separa en muchos virus pequeños que también crecen y se van separando cada vez más y más…
Además, es muy rápido y aparece por todas partes, asustando a las personas y quitándoles sus fuerzas hasta que se ponen cada día más personas enfermas y el bicho más fuerte y temeroso. ¡Todos le tienen miedo! ¡todos los habitantes del planeta van enfermando y muchos se van al cielo por lo débiles que les deja el virus malvado.
Al no saber nada sobre este bicho, llevaba mucha ventaja y él sabía muy bien cómo podía vencer a las personas de todo el planeta. ¡Todo el planeta se convertía en un auténtico caos!
En pocas horas crecía el número de personas enfermadas, poco a poco se supo que el virus o bicho o incluso monstruo era poderoso, tenía el súper poder de ser contagioso y familias enteras comenzaban a enfermar por completo.
Los hospitales estaban desbordados, los que curaban y cuidaban no podían atender a tantas personas tan enfermas y éstos también se ponían muy malitos.
Por otra parte, los trajes de súper héroe para que el bicho malo no les atacara, no llegaba para todos los que debían curar y cuidar. Había muchos más súper héroes que trajes. Lo bueno que se las apañaban con ropa de plástico y capas que no volaban y se ayudaban unos a otros para curar mejor a todos los que llegaban mal.
Los jarabes y otras medicinas tampoco llegaban para todos los que se contagiaban, los más fuertes se curaban un poco más tarde sin las medicinas mágicas.
Los hospitales se hacían pequeños y se preparaban otros donde y como se podía.
A los súper héroes les empezaban a fallar las fuerzas, el ánimo y mucho más.
Cada día era más difícil no ponerse malitos, entonces unos señores muy importantes que mandaban a todos, ordenaron que todos debíamos quedarnos en nuestras casas, sin poder salir.
Sólo se podía salir para ir a comprar alimentos, para trabajar preparando las tiendas con todo lo que era necesario para tener en casa, las personas que tenían que ir a los hospitales a curar y cuidar a los enfermos, o también los que debían vigilar que no saliéramos de casa como hacen los policías.
Ya no se podía ir al colegio. Todos los niños también eran súper héroes, porque se quedaron en casa mucho tiempo sin decir nada, sin quejarse, sabiendo que en un tiempo no se podría ver a sus amigos, ni salir al parque, tampoco se podían celebrar los cumpleaños ni nada. Iban haciendo sus tareas desde casa con los móviles, ordenadores o como podían, se comunicaban con sus profesores vía Internet, el que lo tenía.
Algunos niños, no podían estar con sus papás o mamás si eran de los que iban a los hospitales a curar.
Tampoco se podía ir al pueblo a visitar a los abuelos, pero los abuelos aprendían a manejar sus móviles sólo por ver a los más pequeños.
¡Cuánto se echaban de menos todos! Eran momentos duros para tantos valientes. Pues los abuelos necesitaban su gasolina, que eran sus nietos queridos.
Pero alguien tubo una idea genial…

A las ocho de la tarde salían a los balcones de sus casas con dibujos de arcoíris en los cristales se sus ventanas y aplaudían muy fuerte para que con el ruido de los aplausos pasarían dos cosas.
Una idea era para mandar muchas fuerzas a todos los que tenían que salir a la calle para enfrentarse con el monstruo coronavirus sin que les pusiera enfermos, porque debían curar, cuidar y preparar los alimentos en los supermercados y como los que tenían que vigilar que el coronavirus se fuera pronto, incluso los que transportaban las cosas que se necesitaban.
Y la otra idea para que el monstruo se asustarse y se fuera para siempre.
Pero pronto cogieron ventaja algunas personas muy inteligentes, que estudiaban mucho y hacían experimentos y preparaban antídotos probando con otros virus también peligrosos, para curar enfermedades malas. Entonces empezaron a vigilar a ese virus nuevo y lo llamaron Coronavirus o Covid 19.
Mientras se conseguía dar con el antídoto, lo que llamamos vacuna, pasaron muchos, muchos días hasta que se pudo volver a salir a la calle.
Además, ya no era como antes, había que salir con mascarilla y todos debíamos tener mucho cuidado de no tocar nada y lavarnos mucho, mucho las manos.
El coronavirus seguía siendo muy listo y no se dejaba ver, per ensuciaba todo con su veneno para que todos acabáramos poniendo muy malitos; grandes y pequeños no le importaba nada.
Es cierto, el Covid-19 es malvado, pero nosotros vamos a ser más listos y nos cuidaremos mucho mejor, poco a poco iremos sabiendo más cosas sobre él.
¡Haremos todo lo posible para que se marche para siempre!
Los niños y mayores somos listos, tenemos la fuerza y con el antídoto, tenemos el poder y si respetamos siempre todas las normas seguro que le podremos vencer.
¡Para eso somos los superhéroes contra el coronavirus

Niños-Súper héroes, podremos librarnos de él…

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