Ahora que el Promesas Villoria ha abierto la puerta de inscripción para la próxima temporada, hacemos una pequeña parada en la estación del recuerdo. Nos olvidamos por un momento de la campaña electoral y damos paso a una sonrisa, y a alguna que otra lágrima, desempolvando está instantánea de la escuela de fútbol de Villoria en la temporada 1987-88.
Treinta y cinco años dan para mucho; alguno se quedó en el camino jugando el partido más importante de su vida contra un infame rival (D.E.P., Francisco). Otros llegaron, incluso, a hacer carrera practicando este deporte, en el que iniciaron su andadura desde el Arenal, y a seguir inculcando sus conocimientos a los que hoy son su relevo (gracias, Cordo). Y la gran mayoría, convertidos en jóvenes maduros con responsabilidades familiares, laborales, empresariales, sociales e incluso políticas. Son el presente de nuestro pueblo y nuestro futuro más inmediato.
Seguro que guardan un buen recuerdo de aquellos años y de aquella escuela, que ayudó, de alguna manera, a sentar las bases de lo que ahora son y representan.