Anochece y los caballos ya preparados, solo falta salir a buscarla…
Camino del monte salimos con la puesta de sol en la espalda y la oscuridad al frente, sabemos dónde vamos, el azud nos queda en el horizonte pero la sensación ante la falta de luz nos estremece.
Ya en nuestro destino, la luna aparece y celebramos la proeza de haberlo conseguido.
Queda por delante la vuelta, y la luz de la luna marca nuestro camino…
«Caballos a medianoche
en busca de la luna llena,
es una sensación de libertad y emoción.
Es como una aventura y un vuelo,
es una alegría inimaginable.
Montar un caballo a medianoche
bajo el cielo estrellado
es una experiencia única e inolvidable»