La lucha no es sólo cosa de un día.

Aquí lo tenemos, 19 de octubre, una jornada marcada de color rosa en el calendario.
El día ha salido gris, triste y taciturno, propio de un otoño que se ha hecho de rogar hasta la saciedad, para regocijo de unos y malestar de otros. Pero la gente, y lo que ahora se llama redes sociales, se han encargado de teñirlo de ese color elegido como estandarte en la lucha contra el cáncer de mama.
Todavía tiene que llover mucho para calmar la sed de nuestros campos. Como también tienen, no solo que llover, si no más bien diluviar, millones y millones de mensajes en rosa, o en cualquier otro color, a ver si son capaces de ablandar e iluminar las conciencias de aquellos que rigen nuestro destino.
De nada sirve teñir de colores nuestros muros, nuestros estados, nuestras historias por un día, si no conseguimos que el mensaje cale a quien tenga que calar, llegue a quien tiene que llegar.
Luchar por la salud es luchar por la vida, por tanto, no se debieran escatimar medios para personal, material, investigación, terapias y tratamientos.
Hoy nos pintamos de rosa, ¿y mañana?
La lucha no es de un día, pero si diaria. Al final, si no conseguimos lo que pedimos, lo único que tendremos será un bonito abanico de colores en el calendario, que nos alegrará la vista sin solucionar nada.
Por todas vosotras, que sabéis aguantar, sufrir, y luchar.

SPP

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