Nos pintaremos algo de rojo para recibir al nuevo año. Tal vez los labios, quizá las uñas, acaso nuestras miradas con los recuerdos de las brasas encendidas en torno a la acogedora y entrañable llama de una chimenea, con la sonrisa reflejada en la copa de vino, que nos trae a la memoria nochesviejas pasadas.
Se nos va un nuevo año que se hizo viejo entre nieves y tierras heladas , entre olor a tierra mojada, a flores, fiestas y fantasías. Entre calor y sudores, tormentas y agua; también entre atardeceres con puestas de sol arreboladas; entre vientos, lluvias y colores otoñales, entre risas y llantos, entre guerra y dolor, entre ilusión y esperanza.
Nos despedimos de un 2023 que ha sido, es y será de grato recuerdo para todos los que, de una manera u otra, dieron y dan vida a nuestra Besana. Un millón de gracias a los que contribuís, desde cualquier lugar, con vuestro apoyo, ánimo y presencia a que sigamos adelante.
En un abrir y cerrar de ojos, o en doce campanadas, se abrirán nuevas puertas , llenas de compromisos, retos, y buenos deseos. Y volverán, «volverán las oscuras golondrinas de tu balcón los nidos a colgar (G.A. Bécquer)…, pero, el tiempo pasado , ese no volverá. Así que toca disfrutar, con moderación, eso sí, no vaya ser que sea peor el remedio que la enfermedad.
¡!Feliz Nochevieja y próspero 2024!!