Doy gracias a la vida de tener la cabeza fresca, poner todas las mañanas los pies en el suelo, caminar e ir donde quiero.
Hay mucha gente que no entiende que escriba a un muerto ¡Ese no es mi problema! Siempre he dicho que lo que se quiere nunca se olvida. Suelo ir a menudo al cementerio a hacer una visita a mis padres y a los que allí están. Abro la puerta, siento una paz enorme y un olor a rosas frescas, voy a la tumba de mis padres y hablo con ellos. Aquella madre llena de bondad y cariño, con mi padre me enfado un poco, porque me cortó los vuelos a los 20 años, sufrí mucho, porque se desvanecieron mis sueños, quizás por mi bien, pero yo quería ser torero. Te das cuenta cuando rezas unos padrenuestros para todos que no hay envidias ni colores.
Hace poco murió mi prima Oliva, la mujer de Moncho el cantante de boleros. Tú, Bernardo, llegaste a conocerla. Tu hermano Luis le hizo una bonita homilía, diciendo que no nos dejaba, que seguía entre nosotros, que iba a descansar con los suyos. Yo ahí, digamos que me pierdo, aunque la llevo en mi corazón por haber pasado con ella muy buenos momentos, porque nos quisimos mucho.
También murió Manolita Pavón de Babilafuente, que también la conociste bien. Luis en su funeral habló de su vida, de una mujer sencilla, trabajadora y aquella sonrisa tan fresca para los demás. Tenía un trato con todo el mundo muy cercano. Cuántas veces la vi limpiando la iglesia, comprometida con los demás. El pueblo la quería mucho, lo único que le faltó fue dar el pregón de su pueblo, así lo dijo el cura. Tu tranquila amiga porque has puesto tu corazón en bandeja a todos los que te conocimos.
Hace veintitantos años se dio un caso en la República Dominicana de una joven española que tenía un hijo de 6 años; al viajar allí la cogieron con droga, la metieron en la cárcel (que es como un infierno) y enfermó. Tenía un tumor en el útero del que debía ser operada y luego le había picado el maldito mosquito del dengue. Se presentó en nuestra casa el cura, Miguel Ángel, y nos lo espetó, que si en una semana no se mandaba el dinero para operar moriría. Ya nos dejó el muerto en la camilla, era bastante dinero, pero ¿qué hacía? porque el cirujano no operaba hasta que estuviera allí el dinero. Al día siguiente mandamos el dinero. Bernardo, me dijiste, ten cuidado que lo mismo no llega, porque él sabía mucho de este país, pero yo a lo mío. Fui a ver a Manolita y le conté el caso, se le caían las lágrimas, me dio una buena cantidad de dinero, me dijo, si necesitas más aquí me tienes. Ahí ha estado tu gloria, que vale más que dar el pregón del pueblo. Esa chica sobrevivió gracias a la donación de Manolita y otras personas. Así que Manolita, si hay algo por allí arriba estarás cerca de ese Dios que tú tanto has seguido.
Bernardo, recuerdo una conversación que tuvimos hace muchos años. Estabas en tu habitación dando teología a distancia, me dijiste mira a ver si te animas, ahora tienes tiempo de aprender, me explicaste que con esa carrera se formaban grandes hombres. Le dije estoy cerca de ti, pero no creo que aprenda nada de teología. Bernardo, cuando se descubrió América, fue gente muy avanzada, teólogos, soldados y otras gentes, pero ¿qué hicieron? No se puede cristianizar a los indios a la fuerza como hicieron muchos, con sus sables y el dios del miedo que a ellos les interesaba bastante. Bartolomé de las Casas y otros tantos que yo creo que no llegaron a entenderse, defendió a los indios de los conquistadores, hicieron universidades, catedrales y más cosas, pero de qué manera, con mucha sangre de inocentes.
Los conquistadores españoles mataron mucha gente, violaron a las mujeres, a Montezuma le cepillaron todo el oro que tenía, fueron muchos masacrados, trayendo en sus barcos el botín para mantener a los reyes, sus principitos y concubinas, hasta la descendencia de los Alba y otros privilegiados. Sí es verdad que el mundo, entonces, se movía así. Así que, querido amigo mi teología ha sido el respeto, el azadón, el arado, la hoz y la paleta, con sudor, lágrimas y sangre, pero no de gente humilde. Me convertí en un hombre con un poco de miedo, porque no sabes lo que te espera en esta vida, que para mí es muy bella, para llegar donde yo quiero, para servir a gente que lo necesite, no necesito carreras.
¡Amigo! El mundo está muy chungo, habla con tu Dios para que pare las barbaries que se están cometiendo en Oriente Medio, en Rusia, Ucrania, en Mali, en el mar con esos cayucos llenos de gente inocente que solo quieren vivir. Es inhumano amigo, que en pleno siglo XXI esté sucediendo esto, ¿dónde está la ONU y los que trabajan por la paz? Van muchos miles de muertos y si esto sigue así saldrán muchos más monstruos.
Espero que para otro año te cuente mejores noticias.
Un abrazo
ALFONSO “EL PINDOQUE”