Así, como en en suspiro, se nos ha hecho mayor. El pasado día 26 de enero, Juan Andrés celebraba la festividad de los quintos entrantes; esa fiesta que, en nuestro pueblo, es sinónimo de mayoría de edad y esencia misma de la juventud. Una juventud unas veces señalada por estar permanentemente en la edad del pavo, y otras acusada, injustamente, de carecer de valores. Pero nosotros, desde nuestra condición de padres y hermano, podemos confirmar que no es así.
Ya desde el colegio fuisteis sus ángeles de la guarda. Siempre protegiéndolo , cuidándolo y enseñándole a vivir junto con vuestro gran profesor, Juan Carlos, sin olvidar a su inseparable y entrañable Belén.
En estos días de quintos, vosotros, compañeros y compañeras, lo habéis tratado como uno más, haciéndole disfrutar de cada momento. Lo recogiais en casa para participar en la cena, el baile y la ronda a las quintas.
En vuestro día de entrantes, con un viento y un frío considerables, estabais pendientes de su gorro, de sus guantes, de todo lo que necesitaba. Más feliz no ha podido ser.
¿Quién dice que la juventud no es responsable? Lo que bien se aprende nunca se olvida.
Como dice Juan Andrés, ya queda menos para los quintos del 2026. Los de este año ya están disfrutados.
Muchas gracias por ser como sois.
Andrés, Juani y Ramiro.