¿Os acordáis del…?

Se han cumplido 3 años del comienzo de la guerra en Ucrania. La guerra de Ucrania no solo ha tenido influencia a nivel local sino que también ha sido a nivel global. Especialmente en el tema económico aunque otros factores también han contribuido. La escasez de alimentos y de materias primas provenientes de esa zona hicieron que subieran los precios. Y sobre todo el gasto en defensa que aumentó por la pertenencia a la OTAN.

Me llama mucho la atención que, cumpliéndose más de 20 años de las manifestaciones del No a la guerra, nadie se haya quejado de que estamos participando como en la de Irak en el 2003. No de manera directa, eso sí, pero estamos mandando dinero y armamento a la zona del conflicto. Parece que hay mucha diferencia entre las dos; una está bien vista, la otra no. Las circunstancias son diferentes eso sí. La gente en cambio sí ha salido y sigue saliendo para denunciar la masacre que Israel está llevando a cabo en Gaza.

 

El conflicto en cuestión no es algo que haya sido de un día para otro. Puesto que desde 2014 esa zona está en tensión. Incluso se llegó a formalizar un acuerdo entre las partes para aliviar dicha tensión del Donbás, los acuerdos de Minsk. Se realizó un referéndum para decidir si querían seguir siendo parte de Ucrania o pertenecer a Rusia. No estoy seguro que fuera un proceso limpio pero una parte de la población quería pertenecer a la federación rusa. Antes de esta guerra se produjeron ataques hacia su propia población. Estados Unidos fue un agente muy importante en esto.

Era un país grande en extensión, uno de los graneros de Europa. Con materias primas muy valiosas para extraer en el futuro. Pero muy desestructurado. He hablado en pasado porque ese país como tal ya no existe, es otra cosa. Las pérdidas humanas tan grandes, las civiles también, hacen que un país desaparezca. Es verdad que fue Rusia quien comenzó la invasión y entró en territorio ucraniano, aunque para algunos sean considerados parte de suelo ruso. Pero quien lo ha promovido con tanta fuerza ha sido Estados Unidos junto con aliados como Reino Unido, Polonia o Lituania y la dependencia americana de los países de la Unión Europea entre los que nos encontramos.

Dependencia que nos ha perjudicado muchísimo, principalmente con el tema del gas, al que Europa le compraba a Rusia bastante barato y que ahora compramos a los EEUU por un precio bastante más alto y que una parte viene del mismo sitio. Estados Unidos se está aprovechando de ello y teniendo beneficios de esa venta de gas y también de las empresas armamentísticas a las que Europa les compra el material para enviar a la guerra.

Hace meses que se habló del sabotaje del Nord Stream, gasoductos que abastecían a Alemania y los países limítrofes del gas ruso. Después de todo este tiempo parece que no fue Rusia como nos contaron, y que evidentemente no tenía ningún sentido, si no que fue Ucrania, con ayuda de Polonia que desea seguir luchando contra Rusia y sobre todo con la supervisión y el conocimiento de Estados Unidos por supuesto. Alemania está que trina ahora mismo y con razón después de haberse gastado mucho dinero en esa infraestructrura.

Desde la llegada a la presidencia de Trump el discurso se ha ido desviando puesto que Trump y Biden son muy distintos. Ha pedido a la OTAN destinar el 5% del PIB a defensa (ellos ya no quieren despilfarrar más). El presidente de Ucrania que está actuando como un dictador y que ha prohibido cualquier oposición política incluso parte de la religión ortodoxa ucraniana, ha dicho esta semana que del dinero que EEUU tenía que mandar solo ha llegado el 58% a Ucrania. No ha dicho nada de las propiedades y patrimonio en países internacionales que tiene él y sus generales o allegados.

La administración Biden y lo que llaman el establishment americano puso en juego todo esto, con la ayuda de Rusia comenzando la invasión. Hay empresas americanas que ya son dueños de una parte de Ucrania con la intención de explotarla, como es el caso de los metales raros y valiosos. Con esto y con el comercio impuesto por los americanos, Europa empieza a ahogarse.

¿Seguiremos aceptando las directrices americanas aunque sean nuestro perjuicio? ¿No será mejor luchar por Europa, o hacer que España sea fuerte? ¿Entraremos a la guerra con tropas y más armamento aunque no sea nuestra guerra y nos pueda perjudicar más? Pues todo esto depende de nosotros. Si nos quedamos sentados frente a las redes sociales entretenidos, sin hacer nada o exigimos cambios y salimos a la calle. Reflexionemos qué queremos dejar a las generaciones que vienen y construyamos juntos nuestro futuro, pero para ello debemos estar unidos y con ganas de cambio.

Héctor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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