Unas vacaciones sin móvil.

Agosto del 2022, mes de descanso para la mayoría y sobre todo de desconexión, del trabajo, los madrugones, colegios, entrenamientos, atascos etc, etc. Pero no nos hemos dado cuenta de que el móvil también es algo que nos ata y no nos deja esa libertad que teníamos cuando no existían. Estoy escribiendo mirando al Mar, escuchando las olas y recibiendo al día con alegría, caminata matutina, un poquito de Paddle Surf y después a pasar este miércoles con un amigo que veo de año en año.

He tomado la determinación de dejar el móvil descansando el mayor tiempo posible en la mesilla, este aparato nos ha robado nuestros ratos libres sin preguntarlo, las reuniones con amigos y Familia ya parecen un momento más sin soltar el celular, todo muy Triste y si me apuras incomprensible. En el trabajo tenemos una hora para comer y charlar de lo humano y lo divino pero la mayoría no suelta el móvil, con lo cual sigue en su mundo paralelo, que de real tiene poco y de social mucho menos. Nuestros hijos no han conocido otra cosa, pero nosotros… Donde quedan esas tardes de verano en la piscina, haciendo trastadas, jugando en la pista a mediodía, al escondite con flechas, las cañas y charlas interminables con esos amigos que solo ves en época estival, las confesiones veraniegas, preparar las peñas,porque antes durante el año, como no mandaras una carta no había mucho más, esos ligues de Julio y agosto, con las chicas y chicos que venían de fuera, nada de Tinder ni aplicaciones fáciles, picando piedra hasta que conseguías darla un beso…Todo eso ya se acabó o sólo me lo parece a mí.

Recuerdo una nochebuena que propuse a mi familia dejar los móviles en una bandeja sin tocarlos durante ese ratito en Familia, pero por desgracia me resultó imposible. Lo que ya se escapa de las manos es que los adolescentes y jóvenes estén más tristes o alegres dependiendo de la cantidad de «me gusta» en sus redes sociales, que muchos entren en una depresión de caballo por comentarios de gente que no conocen o por desgracia que lleguen hasta el suicidio. Donde vamos a llegar?,mejor volver a lo de antes, muchas veces lo pienso y llego a la conclusión de que éramos más felices, con mucho menos, teníamos amigos de verdad y el mejor medio de comunicación era el bar del pueblo, que gracias a Dios todavía nos queda alguno. Lo mejor de este chisme es que no tenemos que llevar el ordenador ni la tablet encima para escribir unas palabras para nuestra Besana, la cual nos mantiene al día de todos los eventos de VILLORIA y comarca para seguir viendo que nuestro pueblo está vivo, con quintos, motos coches, caballos, flamenco, asociaciones varias y ganas de vivir, que por suerte aún nos quedan momentos y fiestas este veranito, en el que los móviles no pueden intervenir nada más que para hacer un Selfie, ya que los abrazos, bailes, besos y otras acciones entre humanos no serán nunca sustituidas por estos cacharros modernos…Vamos a coger Agosto con ganas que aún nos queda un mes para las «SÍ fiestas» de la VIRGEN DE LA VEGA 2022.

Javier López Martín

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