Pasada la festividad de todos los Santos, aprovechamos para rescatar un par de curiosidades de nuestro cementerio en el capítulo de recuerdos.
Una de ellas es que antes de su última remodelación, en la esquina lateral izquierda más cercana a la puerta de entrada, había una sala o cuarto, en el cual se hacían las autopsias en los casos que eran requeridas, o al menos así lo recordamos. Un cuarto húmedo , oscuro y tétrico que contribuía más a las leyendas de ánimas y muertos vivientes que se contaban estos días en torno a la lumbre o al brasero de una mesa camilla.
La otra foto que adjuntamos es la de la lápida de una tumba sencilla, sobria, desprovista de cualquier tipo adorno,a la que nunca acude nadie y que alberga los restos de un personaje que debió de ser una eminencia, ya que, según reza en la lápida, fue profesor cirujano a los 16 años. Igual nos estamos olvidando de algún otro personaje ilustre de nuestro pueblo.
Tal vez alguien pueda aportar más datos sobre estos dos temas. Ahí lo dejamos.
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