Carta a ti, amigo ausente

Estimado y querido amigo.
Esperamos que cuando recibas la presente te encuentres bien, sobre todo de salud, de lo demás esperemos que también, aunque esto sea secundario. Nosotros, por el momento, no nos podemos quejar, nunca peor, como dicen en nuestro pueblo.
Terminamos el año con muy mal sabor de boca, el champán de media noche se tornó en vino amargo y las uvas se convirtieron en lágrimas de desolación por los acontecimientos que los últimos días del año golpearon con saña a este nuestro querido pueblo.
A pesar de todo, comenzamos el año con la esperanza puesta en un futuro más amable y benévolo. Hemos recibido este nuevo periodo con ambiente frío y a la vez festivo. La fiesta de los quintos, esa que esperamos en nuestros años mozos como si no hubiera un mañana; la celebración de Santa Águeda, día donde la mujer hace oficial un mandato que, dicho sea sin rencor, ejerce durante todo el año; esas Candelas y ese San Blas, siempre gargantillero protegiendo cuerdas vocales y gargantas; taurino, ahora también, echando capotes a los más osados y atrevidos. Han sido días para divertirse, para dejar de lado las penas y sembrar de alegría las calles de nuestro pueblo, de nuestros pueblos. Pueblos que van quemando etapas, que se van haciendo mayores, que ven como aquellos que nacieron y se criaron en él se van marchando a espuertas, dejándonos huérfanos de esa sabiduría inherente a todo aquel que ha pasado, sufrido y vivido lo que ellos vivieron.
Y esto, querido amigo, es muy triste, sobre todo para los que intentamos mantener brillante esa llama que mantenga viva la esperanza y el deseo de que esas generaciones no hayan trabajado en balde y su legado se esfume con con su partida. Necesitamos niños que llenen nuestras casas, nuestras calles, nuestros colegios. Que nos den vida, en definitiva. Pero para ello es necesario que haya trabajo digno, una sanidad pública que no escatime medios, viviendas asequibles, infraestructuras adecuadas y también cómo no, lugares para el ocio y la diversión.
Vendrán más fiestas,más alegrías, nuevos duelos, sin duda.Y también este año tendremos elecciones. No sabemos si será mucho pedir que, sea quien fuere el elegido o los elegidos, tengan algo de esto en cuenta.
Ojalá nos equivoquemos, pero mucho nos tememos que todo seguirá igual, si no peor. Seguiremos formando parte de esa España que envejece a pasos agigantados, vacía porque la han vaciado y abandonada a su suerte ya sea por desidia ajena, o propia, que de todo hay.
En fin , amigo, tendríamos muchas cosas más que contar, pero el tiempo y el espacio no nos lo permiten. Solo recordarte que tú también, desde tu ausencia, puedes contribuir a que nuestro pueblo, nuestros pueblos no caigan en el olvido.

Recibe un cordial saludo de estos que te quieren

Besanavilloria

P.D.
Visto el panorama que hay por otros lugares, no nos quejaremos demasiado. Al fin y al cabo podemos pensar (tocaremos madera), que vivimos en un lugar privilegiado.

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