Cuando hay personas que sabes que son especiales.

16 años de esta foto.

Lo conocí desde siempre, la comunidad de dominicos de Babilafuente se estableció a finales de 1982 y yo nací en octubre de 1980.
Mi relación con él siempre fue buena, hablaba con mis tías, con mi madre… y con todos los niños y niñas que nos cruzábamos con él.
Siempre de sonrisa amable. Su palabra era imán. Hablaba bien, se expresaba con claridad y locuacidad, gesticulaba bien. Su timbre y tono resuena en los oídos de muchos porque era único. ¡Bernardo es mi prefe! – le decía a mi tía y a mi abuela. Y es que así de loca estaba yo, tenía color preferido, cantante preferido y hasta cura de mi pueblo preferido. Jajajaja.
Su inteligencia también era prodigiosa, una inteligencia emocional que supo enganchar a mucha gente y de la que todavía podemos rescatar muchas cosas en sus escritos.
Lo admiraba sí, y lo admiraré siempre. Por eso me hice esa foto con él. Sin saber lo que vendría después yo quería tener una foto con él, como una estrella del rock, como un personaje famoso, … se reiría si leyera esto. Pero lo bonito de la admiración es que la sientes también por las personas que te rodean y es alcanzable, y puede quedar plasmada en una fotografía.
En estos últimos tiempos me he acercado más a Bernardo en muchos sentidos. Cada vez que he intentado hacer algo en el pueblo: el 90 aniversario del colegio, la historia de Felipe II, … él aparece. Con prosa clara explica cada una de las cosas, lo que le hace un ser tremendamente generoso, porque trabajó mucho, y todo lo dio. No se lo guardó para él, lo publicó en el Agora como un cronista sin sueldo, sin beneficio.
Hay tanto trabajo detrás de todo lo que hizo que resulta difícil de imaginar, sopesar y medir. Una pena que la vida no le diera más años porque habría seguido generando cosas de mucho valor.
Esta foto la rescaté hace ya mucho tiempo del disco duro para ponerla en el escritorio. La tengo muy a mano porque me alegra la vida, porque me da fuerzas, porque me trasmite energía, porque me da paz. En este último año y medio la saco a relucir bastante. Si supiera en el lio que he metido a Javi ¿qué diría? Con un video suyo de nuestra boda le convencí para que diera el paso, hasta en eso nos sigues influyendo Bernardo.
Como santo varón que era, me encomiendo a él (esto también supongo que le haría mucha gracia) cuando empezamos nuevos proyectos en Villoruela, nuevas ideas, cuando la gente critica y quiere hacer daño sin ningún sentido, también cuando salen las cosas regular o cuando sale todo bien.
Su sonrisa y su mirada en esta foto,… son lo más.
Desde la distancia y el tiempo, siempre presente.

Rosalina Jorge

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