El buen tiempo, acompañante ideal para una agradable semana descanso.

SEGUNDA Y TERCERA EDAD DE VACACIONES


El buen tiempo, acompañante ideal para una agradable semana descanso.
Coger una semana de vacaciones a primeros de octubre tiene sus riegos en lo que a la climatología se refiere aun cuando sea Andalucía el sitio elegido para tan grata ocupación. Pero ha habido suerte. El tiempo ha sido magnifico en todos los aspectos y, salvo alguna que otra ráfaga del famoso «Viento de Levante», tan típico de esta zona, toda la semana hemos gozado de una temperatura en torno a los 30º de máxima y los 19-20º de mínima. Vamos, que ni en Canarias hubiéramos estado mejor.

La provincia de Cádiz ha sido la elegida este año por la Asociación de la Tercera Edad para disfrutar del correspondiente periodo de vacaciones. Más de 100 personas invadimos el hotel Puertobahía el domingo 2 de octubre a eso de la 1 del mediodía dándole un cierto aire villorejo a este hotel situado en un sitio privilegiado a menos de 200 metros de la playa.

Aquí comenzaron ocho días de ¿descanso?. Y ponemos descanso entre interrogantes porque a lo largo de todo el día ha habido motivos más que suficientes como para no descansar. Cada mañana estaba ocupada por rutas turísticas organizadas. Así, hemos podido conocer parte de la geografía gaditana, empezando por la propia Tacita de Plata, donde el próximo año celebrarán el 200 aniversario de la primera constitución de española, promulgada el 19 de Marzo de 1812, de ahí el nombre por el que se la conoce «La Pepa». Visita libre, ésta de Cádiz, donde cada cual eligió ruta y lugares para perderse por la ciudad.

Rota, con su base naval,-a quien ese mismo día le dieron una inyección de moral y de dinero en forma de escudo antimisiles-Chipiona -cuna de la Jurado- y Sanlúcar de Barrameda, muy conocida por sus carreras de caballos en la playa -amen de por otras cosas- fueron los siguientes en la ruta.

Jerez, con su bodegas y sus caballos no podía faltar a la cita de visitas y así se hizo no sin cierta polémica a cuenta de las entradas para el espectáculo ecuestre y un retraso en
el horario de salida que sacó de sus casillas a más de uno-a pero que no quedó en más que una mera anécdota para contar y para aprender de ella en ocasiones venideras.

Los pueblos blancos de la sierra oeste gaditana fueron otros de los lugares donde las máquinas de fotos echaban humo para inmortalizar a los excursionistas teniendo como fondo sus calles, plazas, iglesias, casas y paisajes. Arcos de la Frontera, El Bosque, Grazalema-con parada y fonda para comer- y Ubrique fueron los elegidos para pasar el día entero haciendo turismo rural. La sierra este de Cádiz tuvo también su mañana de visita, teniendo como protagonistas esta vez a Vejer de la Frontera y Medina Sidonia.

Estar en un hotel a 200 metros de la playa, gozar de temperaturas veraniegas y contar con tiempo libre era una invitación expresa para darse un buen chapuzón en las aguas del Atlántico. Y esto es lo que solíamos hacer la mayoría de las tardes-tras la correspondiente siesta o partida de cartas- junto con largos paseos por la orilla de la playa aun con el riesgo de ser pescado por el anzuelo-que se lo digan a alguna- de los pescadores que frecuentaban la playa, una actividad que, como no corten de raíz, acabará dañando su imagen.

Ir de vacaciones a una zona costera en temporada baja también tiene sus inconvenientes. La climatología adversa puede ser uno de ellos aunque esta vez no haya sido el caso. Otro es el del ambiente, y este si que se nota. Las noches, ya largas en esta época del año, han puesto la nota discordante en este viaje. Salir de paseo y tomar algo en alguno de los pocos locales que permanecen abiertos en esta época del año en el paseo marítimo era lo más divertido que se podía hacer, salvo que cogieras la ruta del Puerto de Santamaría y dieras con el sitio adecuado para poder mover el esqueleto. La falta de algún tipo de animación dentro del propio hotel-algo que se consiguió un par de noches a base de insistir a la dirección – es el pero más grande que se puede poner a esta semana que una buena parte de villorejos y de cilloruelenses (¿se dice así?), hemos pasado en Cádiz.

Ha sido una bonita experiencia la de viajar y pasar las vacaciones en grupo. Desde la oportunidad que nos da esta revista, felicitar a todos con los que hemos compartido autocar, paradas, bares, comedor, playa, paseos, copas y bailes y a la vez animar a todos aquellos que quieran y puedan a participar en otras ocasiones.

Y terminamos. Para que todo esto salga medianamente bien-no olvidemos que íbamos más de 100 personas- se necesita alguien que dedique parte de las vacaciones a su organización. Estar al frente de un grupo tan numeroso requiere tiempo y sacrificios. Conseguir que todo salga a pedir de boca y que no haya fallos es tarea prácticamente imposible, siempre habrá algo que salga mal o alguien que no esté de acuerdo. Es el peaje que tienen que pagar los que de forma altruista y desinteresada se ponen al frente de cualquier actividad de este tipo. Con todo y ello, cuando ha habido algún problema han intentado resolverlo con la mayor celeridad posible y si no lo han conseguido han tenido la valentía y la decencia de pedir perdón por ello. Eugenio y Angelita, Angelita y Eugenio con la ayuda de Lucio-el de la lotería-, nuestra más sincera enhorabuena y que los errores os ayuden a mejorar y a seguir adelante en vuestros cargos al frente de la Asociación.

S.P.P.

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