No nos has defraudado, porque toda tu vida ha estado al servicio de todos

¿POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS?


No nos has defraudado, porque toda tu vida ha estado al servicio de todos
¿Por quién doblan las campanas? Basta ya de doblar que hay mucho dolor, pena y rabia, porque nos ha dejado Bernardo, cura de las Villas, un amigo y un hermano. Han sido quince meses de sufrimiento con amor y valentía, dando gracias de haber conocido a tanta gente que te ha querido, estoy seguro que nunca te olvidarán porque has transmitido trabajo, cariño y paz, sin quejarte de ese maldito cáncer que es como una alimaña que te come poco a poco, como veneno en el agua donde vendrán vendavales, terremotos y guerras porque con 32 años de servicio has dejado tu huella y alma. Los que tuvimos la suerte de conocerte con que cariño nos transmitías esa paz, valentía y trabajo a los demás.

Recuerdo cuando te ordenaste sacerdote me dijiste «amigo, ahora es cuando más necesito de vosotros», y te contesté «y nosotros de ti», cuantas lágrimas van a rodar.

No nos has defraudado porque toda tu vida ha estado al servicio de todos, sin una mala indiferencia, con esa sonrisa en tu cara, lo grande que fuiste porque diste todo por nada, y eso es lo que hace grande a las personas aunque sean pequeños de talla, pero tu supiste batallar muchas veces contra corriente y trabas pero no te arrugaste ante nadie, habrá muchos como yo que estarán escribiendo con lágrimas en los ojos, el corazón ensangrentado con tanto dolor y pena.

Te vas en silencio sin pedir a nadie nada, donde te rebotas diciendo ¿porqué tanto dolor?, Te vas con esa paz sin poder hacer nada donde los maestros te llaman. Cuantas cosas podría decir de ti, con esa lucha diaria donde no había un rato de descanso en tu vida cotidiana, dejando a muchos amigos que no les será fácil olvidar tu mirada. El trabajo está hecho, los ojos se van cerrando y tú poco a poco nos vas dejando sin pedir cuentas a nadie, porque nos dejas un legado de honradez, sacrificio y tu palabra.

Tus sermones eran tus armas, servir a todo el mundo con tu cuerpo y alma, sin descanso hasta tu retirada, no pudiendo más te vas de este mundo injusto que nos dejas, con que entereza y valentía en tu agonía, despidiéndote de tus hermanos uno a uno, también de ese ángel, tu hermana llamada Esperanza, que todos estos meses ha estado al lado de tu cama con tanta ternura, amor y resignada. Señor ¿por qué te lo llevas? Es muy joven y digo yo, que no te hará tanta falta. Doy gracias de que hayas conocido a tanta gente que te ha querido, que estoy seguro que nunca te olvidarán.


Adiós amigo, ¡hasta siempre!

Te interesa

El Aula de la mujer prepara su aportación al rastrillo solidario navideño.

Ayer martes, el Aula de la Mujer puso en marcha un taller de manualidades enfocado …