LA CRISIS EN LA AGRICULTURA SE ACENTÚA CON LAS ÚLTIMAS LLUVIAS
Las lluvias interminables que estamos padeciendo este invierno son la causa de que las fincas lloren por los cuatro costados; prueba de ello son las charcas que vemos por cualquier sitio que vayamos. Los desagües corren como nunca, las cunetas están llenas de agua, los riachuelos que normalmente están secos ahora se desbordan… Esto ha hecho que la actividad agraria se paralice al 100%. Aunque los últimos días parecen haber remitido, los daños en la agricultura ya son importantes.
Hoy por hoy con la ya famosa crisis no se escapa ni una sola actividad de innumerables problemas, pero la agricultura, ¡ay la agricultura! Venimos de un año en el que las pérdidas fueron importantes, los cereales de invierno junto con los tubérculos no salvaron gastos, ni se aproximaron. Y aunque el año anterior fuese solvente este nos dejó a menos cero.
Ahora hay que empezar y las cosas no pintan con mayor optimismo; los frutos que aún quedan por recoger se están estropeando, caso de la remolacha, el maíz al no estar en contacto con el agua tiene menos daño, aunque como se haya caído, también hay que restar. No menos mal lo están pasando los cereales de invierno, que sin poder abonar en la mayoría de los casos, se están quedando amarillos y probablemente la raíz no muy sana. Por otra parte, el retraso que llevamos en el laboreo y siembra de los frutos de la época, hace pensar que las perspectivas no son muy halagüeñas, ya se verá.
No olvidemos los precios que tenemos en el mercado, lo que tenemos que comprar como abonos, semillas fitosanitarios etc., están por las nubes, sin embargo la cosecha que producimos está por los suelos. Matizando un poco en esto os diré que hace 30 años valía el abono entre 10 y 15 pesetas, mientras el trigo se vendía a 30, hoy vale el abono a 40 pesetas y se vende el trigo a 20. Creo que está bien claro el porque de la crisis en el sector agrícola, aun teniendo la ventaja de producir tres veces mas que hace 30 años.
A pesar de todo, también tenemos cosas buenas, y es que la mayor parte de los agricultores llevan de vacaciones casi tres meses, aunque estás no estén pagadas, pero al fin y al cabo vacaciones.
No quiero terminar sin antes animar a la gente a que colabore en este proyecto de Besana, ya que tenemos una oportunidad de la que todo el mundo no dispone y hay muchas cosas que contar.
Un saludo
José López