La extraña Pareja
La extraña pareja cuenta el reencuentro de dos amigos y compañeros de piso, su absoluta incompatibilidad de caracteres y su enfrentamiento entre el orden compulsivo y el absoluto desorden a través de una comedia que trasciende épocas, países y mentalidades.
Este «matrimonio» de conveniencia, – en donde el uno busca en el otro la imagen de su ex-esposa y el otro choca de bruces con la imagen de la suya -, nos conduce por un laberinto lleno de humor, de soledad, de amistad y de carcajadas. Pero un recorrido siempre iluminado, cómo no tratándose de una creación del dramaturgo Neil Simon.
La historia se sucede en 1968, año de origen del texto, para demostrar de esa forma su universalidad y, además, su radical actualidad. El espectador de hoy se verá reflejado en estos personajes y se reconocerá en estas situaciones que, por sí mismo o a través de otros, le serán tan familiares como su vida misma
Una obra muy conocida que escribió Neil Simon y que se llevó a la gran pantalla en 1968 con los magníficos Walter Matthau y Jack Lemmon como protagonistas, y que ahora tendremos la suerte de ver la representación a cargo de nuestro grupo de teatro local Zaranda
El escenario es un piso de decoración sesentera, algo sencillo pero acogedor que nos mete muy bien en la historia. Sus protagonistas Óscar y Félix. El primero es el dueño de la casa, divorciado, desordenado y despreocupado. El segundo es un hombre a punto de separarse que le encanta limpiar, cocinar y ordenar. Les acompañan tres amigos más que comparten partidas de cartas, cervezas y penas, cómo no. La representación femenina viene por parte de dos vecinas francesas que protagonizan una de las escenas más divertidas de la obra.
«La extraña pareja» es una comedia entrañable que habla sobre la amistad, la soledad, el amor, la convivencia y la libertad. Una historia que a pesar de tener décadas de existencia es muy cercana a la realidad y que en su mayor parte se mantiene bastante fiel a la película. Un clásico que vuelve a los escenarios y que merece la pena rememorar porque sigue divirtiendo y enterneciendo como el primer día.
Dos divorciados con caracteres totalmente opuestos: el primero, un obsesionado por la limpieza y el orden y el segundo, un descuidado y poco higiénico que se ven obligados por las circunstancias a vivir juntos. Uno ensucia y el otro limpia, dos amigos abocados a la soledad que deciden compartir piso y penas.
M.S.P.