Besana Villoria – Revista digital Besana de Villoria Besana villoria la revista digital de Villoria, la comarca de las villas y Salamanca
Buenos días tristeza. Desde que leí esta pequeña joya de Françoise Sagan, no me viene a la cabeza mejor frase para saludar al primer día en el que un ser querido, una vez más, deja tocados mis ya maduros sentimientos. Hoy saludo al nuevo día con tristeza, con amargura, con dolor, tal y como os ocurrirá a la mayoría de los que habéis pasado por esa misma situación.
Tuve la desgracia de perder a mis padres más pronto de lo que cabía esperar, precisamente cuando ya entraba en la etapa en la que los pájaros de juventud levantaban el vuelo para dejar paso a otra en la que nuestros progenitores vuelven a ocupar el lugar prominente que les corresponde. Aquella en la que su apoyo y sus consejos suenan a gloria bendita. No pudo ser. Sin embargo, los valores y la educación que nos habían inculcado fueron un gran soporte para poder seguir adelante y potenciar, aún más si cabe, los vínculos fraternales.
Siempre he pensado que esos consejos y ese apoyo que no nos pudieron dar personalmente nos los están dando desde allá donde se encuentren. Sólo así puedo explicarme como llegué a formar parte de una nueva familia que, sin llenar el vacío que ellos habían dejado, sí han sido el complemento perfecto para cicatrizar heridas y seguir adelante.
Esteban y Nati fueron poco a poco ganándose mi afecto y mi cariño, siempre contando con la complicidad de mi mujer y de mis hijos. Mis padres siempre serán mis padres, pero a mis suegros los he considerado como tales. Tal vez sea porque a mi siempre me trataron como a un hijo. Hace algo más de tres años nos dejó Nati, hoy nos ha dejado Esteban, hoy vuelvo a estar huérfano de padre y madre. Hoy vuelvo a estar triste. Me queda el consuelo de que he podido disfrutar, en mayor o menor medida, de los cuatro.
Esta mañana, a la hora de comer miraba por la ventana y por un momento desee ver a Esteban que viniera poco a poco apoyado en su andador a comer a nuestra casa como últimamente hacía. Al final, junto a la mesa había una silla vacía. Buenos días tristeza.
Aprovecho la ocasión para dar las gracias a todos los que nos habéis acompañados en estos duros momentos con vuestra presencia y desde la distancia. Gracias de todo corazón.
SPP
