A él se le atribuye, ente otros milagros, la pacificación de los Bandos en Salamanca, en una época turbulenta de la historia salmantina.

SAN JUAN DE SAHAGÚN PATRONO DE SALAMANCA

A él se le atribuye, ente otros milagros, la pacificación de los Bandos en Salamanca, en una época turbulenta de la historia salmantina.
Como todos- o casi todos sabéis-, San Juan de Sahagún es el Patrono de la ciudad de Salamanca. Su fiesta se celebra el 12 de Junio. Al ser una fiesta de la ciudad, los pueblos quedamos un poco al margen de esta celebración y de quién es el personaje en cuyo honor se festeja este día. Escritos, artículos, comentarios y biografías de San Juan hay muchos y variados. Para daros a conocer un poco la vida de este Santo, hemos escogido un artículo de Juan Manuel Sánchez, Párroco emérito de la iglesia de San Juan de Sahagún de Salamanca en el que hace una breve reseña biográfica de su vida y milagros. Este es el artículo:

Juan González Martínez nació en Sahagún (León) hacia el año 1430. Murió al atardecer del 11 de Junio de 1479. Con Cuarenta y nueve años de existencia, canto realizó. Todo un ejemplo.
Fue beatificado por Clemente VIII en 1601. Canonizado por Inocencio XII en 1691. Declarado Patrono Principal de la ciudad y diócesis de Salamanca por Pío IX en 1868.
Inició sus estudios eclesiásticos en el monasterio de Padres Benedictinos de Sahagún, que continuó junto al arzobispo de Burgos, D. Alfonso de Cartagena y completó en la Universidad de Salamanca. Consta en las listas del curso 1457; se matriculó en Sagrados Cánones y Teología.
Por consenso unánime del rector y de los quince colegiales fue nombrado capellán del Colegio mayor de San Bartolomé, ennobleciéndose con su conducta ejemplar este Colegio mayor. Aquí, un ángel desde el ciprés del patio del Colegio alumbró el breviario de San Juan para poder concluir sus rezos.
El municipio de la Ciudad le nombró «predicador oficial» de Salamanca. Como eran incompatibles los dos cargos, renunció a la capellanía del Colegio Mayor. D. Pedro Sánchez. Canónigo de la Catedral de Salamanca, le acogió en su casa. Allí padeció una litiasis renal que le metió en la encrucijada de una operación quirúrgica a vida o muerte.
Operado a vivo Dolor, pero con éxito, decidió entregar su vida de raíz al señor ingresado en el convento de San Agustín, famoso por la santidad y sabiduría de sus moradores.
La segunda mitad del siglo XV fue turbulenta para Salamanca. No había paz. Las familias de los Manzano y Monroy estaban encontradas a muerte. A dos hijos de Doña María Monroy los asesinaron. Y la madre juró venganza. Persiguió a los asesinos hasta Portugal donde dio con ellos sin dejarles una brizna de defensa. Trajo a Salamanca las Cabezas de los dos Manzano, que depositó sobre los sepulcros de sus hijos en la Iglesia de Santo Tomé. Este hecho señaló en la historia a Doña María con el Sobrenombre de «la Brava». Salamanca era un hervidero de odios, rencores, venganzas; nadie se atrevía a salir a la calle.» La hierba crecía en la plaza del corrillo».
La caridad de Fray Juan le impulsó a salir del convento y predicar la paz a aquella Salamanca dividida en Bandos. Predica la doctrina social de la iglesia. Trata de buscar la concordia y el perdón entre aquellas familias. Mucho le costó. Oración, sacrificio, predicación entrega… mas de diez años hasta conseguir el Ajustamiento de paz», firmado por los principales caballeros cabecillas de la ciudad. » ira generat odium, concordia fovil amorem».
La santidad no está en los milagros. Fray Juan realizó muchos milagros pero su vida cristiana y religiosa era mas profunda. No se concibe a san Juan de Sahagún sin tener en cuenta su ardiente amor a la Eucaristía. Amó con locura a Jesucristo Sacramentado. En la celebración de la Eucaristía» aprendía y era enseñado en las cosas que después predicaba». «En la misa, veía al propio Señor Jesucristo con sus llagas». No es extraño que tardara tanto en celebrar la santa misa. La Eucaristía lo fue todo para Fray Juan.
También hizo milagros: resucitó a una sobrina suya en Sahagún, salvó al niño del Pozo Amarillo, detuvo a un toro escapado de la feria, etc. Y uno de los más grandes: pacificó los Bandos de Salamanca.
Los biógrafos de san Juan de Sahagún no se ponen de acuerdo acerca de si el fraile murió envenenado o de muerte natural. Lo que sí sabemos con certeza es que murió al atardecer del 11 de Junio de 1479. Y que ya, desde el principio, el pueblo lo tuvo como santo hasta tal punto que los frailes de San Agustín tuvieron que depositar el cadáver, expuesto a la veneración de los fieles, detrás de unas rejas por que la gente se llevaba como reliquia trozos del hábito. Actualmente los restos del Santo se encuentran en la Catedral Nueva.

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