No estoy de acuerdo con Vd. porque hubo cosas todas muy desgraciadas.
He leído el escrito que mando a Besana el Sr. N.T. en el que decía, ¿Oro por chatarra?. Esto me hizo pensar, que la gente corriente que no tenemos el titulo de Historiador, pero sí el de observador, con lo que también se aprende y si el camino es largo y en el viaje se habla de las cosas de la vida, también tenemos algo que decir. Por eso le digo que también he escuchado lo del famoso oro que salió de España en el transcurso de aquella guerra incivil que tanto daño nos hizo a todos y digo «a todos» porque así fue.
También se puede opinar de cosas, no sólo lo pueden hacer los que explican historia, que muchas veces suelen explicar sus lecciones según como les interese, según el color que vistan, por eso Sr. N. T. le digo que yo he escuchado otra versión que dista mucho de la versión que Vd. da del famoso oro, pero ahora no me voy a parar a explicarle mi versión voy a hacerle otra reflexión de los hechos. Por tanto, me va a perdonar que no dé números, pues creo que Vd. sabe que ahora con solo entrar Google se sacan datos y con ello aunque nada sepas puedes presumir que estar al día.
Me hace pensar que cuando Vd. estuvo en el puerto de Cartagena con aquel guía que no se preocupó en decir nada de lo que Vd. quería escuchar, Vd. se podía suponer que los guías dicen lo que tienen que decir y no lo que a los escuchantes les gustaría escuchar. Ahora se me ocurre, decirle si a Vd. no le vino a su mente que también de ese puerto y de otros del mediterráneo salieron miles y miles de hombres y mujeres, y sobre todo niños inocentes al exilio y muchos, jamás volvieron a ver a sus familias. Esos desheredados o como queramos llamarlos, fueron a parar al sitio donde Vd. dice que fue esa inmensa cantidad de oro y que hoy se valora en euros y no en pesetas que ya sabe que en nuestros días hubo que dar ciento sesenta y seis pesetas por un euro. No se ha preguntado, ¿cuál sería el valor real de ese oro si se hubiera vendido en aquella época de aquella España?. Yo no lo sé, pero menos de lo que Vd. calcula hoy.
También pienso que fue muy triste que ese oro saliera de España, pero creo que Vd. sí sabe el motivo por el que salió, aunque me parece que duda de la intención que tenían los que hicieron aquello, pero le diré que jamás estaba en su idea el de eso no volviera a España. Les falló su buena intención, porque el régimen que se estableció, y que fue lo que les obligó a hacerlo, duró cuarenta años y los promotores de aquellos hechos todos desaparecieron en ese largo y triste periodo. Lo que me extraña, que gente como Vd. no haya hecho nada para conseguir que ese oro volviera a España ya que en su escrito demuestra lo mucho que parece saber de aquellos tiempos.
También le digo que Vd. cree que los que ordenaron que ese oro saliera de España lo hacían para quitárselo a los españoles, para que los que quedaran en aquí lo pasaran lo peor posible, ¡no, señor, no!, porque también se quedaban, aunque fuera a la fuerza, los que no estaban de acuerdo con el régimen que se iba a imponer por la fuerza, ya que no era ni mucho menos, lo que el pueblo había refrendado con sus votos tres años antes. El que había armado aquel desastre, estaba haciendo daño hasta a los que le apoyaban, por muchas razones, porque con aquellos hechos convirtió a la España de todos en una España mísera y derruida, para los vencidos y los vencedores.
Vd. da los nombres de los que según su saber fueron los causantes de que aquel oro saliera de España, oro que pienso que al menos sirvió para que aquella inmensa cantidad de españoles desheredados del dictador Franco, el otro dictador, Stalin, les diera de comer y en el caso de los niños estudiar. Al menos podemos decir que con ese oro se pagaron las necesidades de toda aquella gente que tuvo que salir para salvar su vida, por aquel capricho de los que creían que España era suya. Le quiero hacer una observación por si Vd. no se ha dado cuenta, que no estoy de acuerdo con ningún dictador sean de izquierdas o sean de derechas, la palabra lo dice dictador, que tienes que hacer lo que ellos quieran y eso se sale de toda forma de convivencia.
Ahora le voy decir otra cosa pero que viene siendo lo mismo, triste como todo motivo por el que se pierden vidas: ¿se acuerda Vd. de la División Azul?. También fueron enviados a Rusia, como el famoso oro, pero ahora por Franco que ya tenía todo el poder en España. los mandaron para pagar a Hitler, la ayuda que él le prestó, para destrozar a una España republicana, y por tanto demócrata. No le pagó con oro, pero mandó al matadero a cerca de cuarenta mil hombres de los que sólo unos pocos volvieron y muchos mutilados de por vida. Entre los que no volvieron, esta uno que yo sepa de Villoria, que era cura y me supongo que iría con la sana intención de salvar almas y allí, perdió la suya. ¿Se ha preguntado Sr. N.T., cuantos euros valían todas esas vidas? Muchos, porque la vida no hay oro que lo pueda pagar.
Esto que hoy os mando. No me inspira para finalizar con unos versos, al contrario casi me pesa haberlo escrito, lo que quiere decir que nunca más volveré a escribir nada para opinar sobre lo que otro escriba, soy un defensor de la libertad, y de la de escribir también.
Sigifredo María Cascón.