Hoy recuperamos la entrevista que publicamos en Besana nº 11 el 10 de Agosto de 1988 a una persona muy popular y querida en nuestro pueblo
NEMESIA MARTÍN RUIZ:
30 AÑOS DE COMADRONA EN VILLORIA
El día 10 de Agosto tuvimos ocasión de entrevistar a una persona muy conocida por nosotros, se trata de Nemesia Martín Ruiz, que durante un buen número de años ha venido ejerciendo el oficio de comadrona en nuestro pueblo. A continuación vamos a ofrecer un resumen de dicha entrevista.
-¿Cuántos años tiene usted actualmente?
Yo nací en Cantalpino en el año 1900, empecé a ejercer como comadrona antes de 1950 y lo dejé cuando tenía setenta y siete años.
-¿Y como fue que comenzó usted con este oficio, dónde adquirió los conocimientos necesarios para asistir a los partos?
Estuve sirviendo en una farmacia durante cuatro años. En una ocasión vi a una comadrona de pueblo en Cantalpino y pensé que yo también podía hacerlo, y por otra parte yo siempre he estado sirviendo con médicos y boticarios, yo me fijaba en todo y así iba aprendiendo.
-¿Entonces, sabe usted perfectamente cómo se debe asistir a los partos?
Sí, todo era cuestión de práctica, viniera el parto como viniera yo lo hacía todo, he tenido partos de muy mala manera ya que algunos de «espada», es decir, que venía un brazo solo con el cuerpo atravesado…, sin embargo nunca hubo necesidad de cesárea ni de tener que utilizar los fórceps que entonces era lo que se practicaba, yo no vi nunca hacer una forzada a nadie, y también he cogido muchos mellizos…Si algún niño venía mal, en vez de hacer la cesárea como ocurre ahora, lo primero que había que hacer era colocar al niño y después ya se le podía sacar. En una ocasión un médico me dijo que yo tenía una mano especial, que yo era una especialista como pocas.
-¿Podría explicarnos como se desarrollaba un parto? ¿Qué hacía usted exactamente para ayudar a nacer a la criatura?
Yo hacía el «tacto», el «registro» que decimos en los pueblos, lo hacía con mi dedo y así sabía como venía la criatura, luego iba obrando según viniera la criatura. Primero esperaba a que saliera la cabeza y entonces los sacaba, no necesitaba los forceps, con los dedos me bastaba para sacarlo.
Sin embargo, lo peor no era el parto, lo peor es la «libranza»los médicos me habían dicho cuándo y cómo hacerlo: había que coger los «cotilones» en la mano, dar la vuelta a la membrana, si la placenta estaba entera había que mirar si había cuatro «cotilones», y si faltaban es que estaba «desbaratado»; y luego, las «secundinas», que es el zurrón donde está metida la criatura, le daba la vuelta y le veía entero, y por el cordón donde se alimenta la criatura le cortaba.
-¿Recibía usted alguna ayuda durante los partos?. ¿Qué personas le ayudaban?
Me ayudaba algún familiar para llevar el agua o las cosas que necesitara, sin embargo, durante el parto yo no quería que nadie tocara a las parturientas, pues yo sabía que me desinfectaba y que no infectaba a nadie, pues era muy prevenida para limpiarme, con agua, con jabón, o con alcohol…
-¿En qué lugar lo hacían?. ¿En la cama siempre?
A mi me gustaba que el parto fuera en la cama, porque otras mujeres lo hacía de rodillas, en una alfombra o en una almohada, y a mi eso no me gustaba, en la cama era el mejor sitio. Después del parto yo aseaba bien a las mujeres, las lavaba con agua salada o con agua oxigenada, y siera conveniente echaba polvos de azol…
-¿Empleaba inyecciones en los partos?
Yo nunca quise saber nada de inyecciones. Lo principal era sacar las «secundinas». Si alguna mujer no «libraba» y le quedaba la placenta dentro corría un grave peligro. Los médicos me decían que tuviera más cuidado con las «secundinas», la placenta, que con el parto, porque en el parto la criatura nace como sea, de pie, de rodillas, de cabeza…pero con la placenta había que tener más cuidado.
-¿Y después del nacimiento qué costumbre tenía la familia con usted?.¿Le daban regalos, dinero…?
Me daban dinero, al principio me daban 30 pesetas, luego 100, 200, 300, hasta 400, alguna familia llegó a darme hasta 500 pesetas. También me invitaban a los bautizos, y en ocasiones me invitaban a comer o a cenar, y se portaban muy bien conmigo.
-Había alguna forma de predecir si la criatura que iba a venir era niño o niña?
En la forma he reconocido a muchas, la forma de la mujer que vaya a tener una niña tiene la barriga muy levantada y el trasero caído, y en el caso de los niños, la forma es más redonda, lo mismo por detrás que por delante.
También se puede saber por la corona, si la corona nace en el medio lo que venga detrás es otro que tiene la corona en el medio, pero si la tiene a un lado ya cambia eso, se les puede ver cuando nacen.
-¿Los niños a los que usted ayudó a nacer, al hacerse mayores han tenido alguna atención con usted?.
Sí, esos niños que he ayudado a nacer cuando se hayan hecho mayores y me encuentran por la calle me saludan y me besan cariñosamente, y me quieren mucho.
Gracias sra. Nemesia por habernos dado a conocer su trabajo y su expereiencia como matrona en nuestro pueblo.
N.B.
Hoy mismo publicamos un artículo de Ágata Martín, nieta de Nemesia, que nos ofrece una imagen más cercana y personal de esta peculiar mujer.
Este es el enlace a ese artículo:
https://www.besanavilloria.com/antiguo/modules/news/article.php?storyid=4635