En Villoria, «tu pueblo y el mío» este pasado fin de semana, los quintos nacidos en el 65, siguiendo esa costumbre ya tan arraigada, nos hemos vuelto a encontrar 25 años después de aquella primera celebración del año 85.
En total nos hemos juntado 20 quintos y 18 entusiastas acompañantes, todos instalados en esa edad en la que «de casi todo han pasado ya veinte años» pero con la misma ilusión que antaño y sobre todo con un objetivo común: pasarlo bien.
Han sido tres días de diversión, aderezados con la mejor de las músicas: la de nuestra incansable charanga, cuyo ritmo nos ha acompañado día y noche en nuestras caminatas por el pueblo…con el afán de contagiar a todos nuestra alegría; para terminar siempre en ese lugar de encuentro que ha sido el albergue municipal, reposo de guerrero y nuestra casa en estos días, donde hemos compartido buena mesa y muchas risas.
Siguiendo el tradicional programa, hemos «corrido las cintas», los más audaces en caballo y los demás a lomos de un burrito que sin embargo a algunos nos pareció el más veloz corcel; y todo ello, con el mejor humor.
Recordamos, con emoción contenida, a los amigos que se quedaron por el camino (Belén, Agustín y Javi), ausentes de esta celebración pero siempre presentes en nuestros corazones…
Y también nos permitimos, como no podía ser de otra manera, un momento de nostalgia cuando en la celebración de la misa se citaron nuestros tiempos de infancia y de mocedad o cuando se leyó, rescatado del olvido, aquel manifiesto, que como jóvenes reivindicativos que todos fuimos, redactamos y leímos en la celebración de aquellos primeros quintos y recogido para la posteridad en el ejemplar nº4 de la revista Besana de Julio de 1985.
Ya hoy, acabado el festejo e instalados en la rutina de nuestro quehacer diario, recordamos con alegría estos días pasados que quedarán por siempre en nuestra retina y en nuestro corazón.
UNA QUINTA