Suerte hemos tenido porque si el pregón se hubiera leído a la hora de otros años la tormenta que ha caído esta tarde sobre Villoria hubiera impedido su lectura desde el balcón del ayuntamiento como ya es tradición.
Con tiempo tormentoso y desapacible, pero con una temperatura agradable, Juan Ramón Ramos González, presidente del C.D. Promesa dio lectura al pregón de las fiestas de La Virgen del la Vega del año 2013. Cómo el mismo ha dicho en su pregón, estrenábamos nuevo horario (8 de la tarde); esto unido a la coincidencia con sábado, ha hecho que la afluencia de villorejos fuera superior a la de otras ocasiones, pese a la amenaza constante de lluvia.
Previo a la lectura del pregón, se guardó un minuto de silencio por todos los fallecidos este año. En un acto donde se reúne tanta y variada gente, el alcalde Julián Barrera ha llamado la atención sobre los actos vandálicos que se han producido esta pasada noche, haciendo una seria advertencia sobre todo a los jóvenes de determinadas peñas. Unos jóvenes que no estaría demás que leyeran este pregón que nos ha ofrecido Juan Ramón
esta tarde y que os ofrecemos continuación:
Sr. Alcalde, autoridades, amigos y vecinos de Villoria. Buenas tardes a todos.
Congoja y tiritona. Eso es lo que me entró cuando ya definitivamente, y después de varios intentos, acepté el reto que para mi supone ser el pregonero de la fiestas de mi pueblo. No ha sido fácil. Hubiera preferido que me pusieran de castigo un mes sin dar voces a mis jugadores en los campos de fútbol ¡que ya sería castigo!. Pero, como deportista que me considero, me gustan los retos y como tal lo asumo.
Hoy tenían que estar junto a mí todos aquellos que formaron o forman parte de este club que, año tras año, se ha ido consolidando como referente del fútbol y del baloncesto en la comarca de las Villas. Pero me temo que se quedaría pequeño todo el edificio, tal es la cantidad de gente que participa de este proyecto.
En este día en el que estrenamos nueva hora de pregón, y que nos libra del justiciero sol que hemos soportados estos últimos años, no quiero hablar del pasado, no quiero recurrir a los recuerdos sobre lo que hemos sido y a decir aquello de que «cualquier tiempo pasado fue mejor». Quiero hablar del presente, de un presente reflejado en ese numeroso grupo de niños y jóvenes que forman parte de este club que tengo el honor de presidir y que son el futuro y la esperanza de este pueblo, de un pueblo que ha abierto sus puertas a todos los de la comarca para acometer este bonito proyecto que ya es una realidad.
A los que ya lo conocéis no os extrañará. Para los que lo desconocen, o no están al tanto de ello, solamente decir que a lo largo de los ocho años que lleva existiendo el Promesas como club , han pasado por el más de 500 niños y niñas desde los 6 hasta los 19 años en las categorías de prebenjamines, benjamines, alevines, infantiles, cadetes, juveniles y ahora en la sección de fútbol también en categoría de aficionados. A parte de Villoria, pueblos como Babilafuente, Villoruela, Cantalpino, Poveda, Arabayona, Huerta, Cordovilla,Encinas de Abajo, e incluso de Salamanca capital han contribuido con sus niños, padres y familiares a crear y mantener este club. Vaya desde aquí mi saludo y reconocimiento para todos ellos.
Decidme a mí ahora si no merece la pena trabajar por esto, aun cuando tengas que emplear tu tiempo libre dejando de lado familia y amigos. Os invito a que os deis una vuelta por el campo de fútbol un sábado por la mañana o un domingo en plena temporada de competición. Aquello es vida, alegría, bullicio; es ver a un buen puñado de niños y niñas como se enfrentan en el terreno de juego a otros compañeros venidos de cualquier parte de la provincia: de Ciudad Rodrigo, Béjar, Guijuelo , Peñaranda, Vitigudino , Cabrerizos, Salamanca, etc. etc.
Así también se hace patria chica, así también podemos presumir de pueblo, así también nos damos a conocer, así también se hacen amigos y así, en definitiva nos formamos unos y otros educándonos en una serie de valores que no los vamos a encontrar en casa ni en el colegio. Si, ya sé que no siempre esto es así, errores los hemos cometido y seguramente los cometeremos, pero de ellos también se aprende. Este es el principal objetivo del club, educar, enseñar las ventajas del trabajo en equipo y el respeto al contrario, sin olvidar el competir y si podemos ganar mejor.
Este patrimonio deportivo que tenemos en nuestro pueblo no podemos dejarlo perder. Ha costado mucho esfuerzo, mucho tiempo y mucho dinero, que sale del bolsillo de todos, también de lo que aportan las instituciones. Corren malos tiempos para la economía doméstica, pero nuestro club puede y debe estar abierto a todo aquel que quiera formar parte de él, no queremos que sea un club excluyente, donde solo entren aquellos que se lo puedan permitir por su buena situación económica. Queremos que sea un club de todos y para todos.
Y aquí emplazo directamente al Ayuntamiento a que se implique más, si cabe, bien directamente o bien tocando los palos que pueda y deba tocar ante quien corresponda, para conseguir ayudas que nos permitan seguir adelante. Quién no ha dicho alguna vez refiriéndose a alguien que practica deporte: «mientras está ahí no está haciendo cosas peores», y sobre todo cuando hablamos de juventud. Esa juventud que está ahí abajo y que hoy se viste con el color de la camiseta de su peña y mañana, tal vez, se vista con el color de la camiseta del Promesas.
Vicente, Nandy, Libertad, David, Felipe, Cordo … , a vosotros y a todos aquellos que querría nombrar, pero que no puedo por ser la lista interminable , gracias, muchas gracias, porque sin vuestro trabajo y vuestra ayuda esto sería imposible.
Quiero dar las gracias también a todos aquellos que me han apoyado personalmente, entre ellos, como no podía ser menos, a mi mujer Ana y mis hijos Carlos y Juan que comparten conmigo penas y alegrías , que quieren a este pueblo y a este club tanto o más que yo. Y ya metidos en harina familiar, no puedo dejar pasar este momento sin recordar a dos personas sencillas, humildes y trabajadoras que hoy se hubieran sentido orgullosas de que a su hijo le hayan concedido el honor de pregonar las fiestas de su pueblo, de Villoria. Mis padres Celestina y Cipriano -Ahora ya sabéis todos porque me llaman «Cipri»-.
Y termino. El partido que ya estamos jugando comenzó ayer con el recorrido de las peñas, hoy hemos hecho un tiempo muerto para corregir errores, cambiar tácticas y coger aire fresco para afrontar lo que queda de partido con alegría y con ilusión. El encuentro es largo, recordad que para poder llegar a la meta es bueno saberse dosificar, lo importante es llegar al final con las pilas puestas sin dejar que la resaca borre de nuestros recuerdos los buenos momentos que, sin duda, vamos a pasar. A partir de ahora sobran las palabras ¡Que hablen los hechos!. Aquí están las fiestas, nuestras fiestas.
GRITAD CONMIGO:
¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LA VEGA!!! ¡¡¡VIVA VILLORIA!!!