Villoria es uno de los 13 pueblos de Castilla y León donde el Servicio de Agricultura de la Junta ha detectado su presencia.
Según publica el Boletin Oficial de Castilla y León del día 14,se declara oficialmente la existencia de la bacteria Erwinia Amylovora en varios pueblos de Castilla y León entre los que se encuentra el de Villoria, único en la provincia de Salamanca.
Puestos en contacto con los responsables del Ayuntamiento, hasta el momento no habían recibido notificación oficial alguna. Nos remitimos a lo que la Junta publica en el Boletín Oficial de Castilla y León, en el que es tajante en lo que al tratamiento de la enfermedad se refiere y se ordenarán las actuaciones pertinentes dirigidas al «arranque y destrucción de toda planta contaminada y de todas las plantas hospedantes sin síntomas en su entorno inmediato, así como el resto de medidas a ejecutar para evitar la propagación a otras zonas». A medida que vayamos teniendo más información, la iremos publicando.
El problema, por tanto, es serio dada la velocidad con la que se propaga esta enfermedad y su especial virulencia, pudiendo terminar en poco tiempo con las especies afectadas ante la ausencia de tratamientos fitosanitarios efectivos .Son varias las especies arbóreas que se pueden ver afectadas como explicaremos a continuación.
¿Qué es el fuego bacteriano?: es una enfermedad causada por una bacteria llamada Erwinia Amylovora y que afecta a varias especies de la familia de las rosáceas, en mayor medida a frutales de pepita: peral, manzano, membrillo,etc. y a algunas plantas ornamentales: crateagus, pyracanthas, cotoneaster, sorbus, etc.
La bacteria se desarrolla en plantas sensibles y cuando encuentra unas condiciones ambientales favorables como pueden ser una temperatura entre 18 y 30 º y una humedad superior al 70%. Se puede propagar por la lluvia, el viento, el riego por aspersión, los insectos, los pájaros, las herramientas de poda, etc. y provoca la infección en flores, hojas y brotes jóvenes.
Síntomas: Los primeros síntomas se manifiestan generalmente en primavera, durante la floración y la brotación, avanzando hacia la madera más vieja a través de los tejidos de la corteza. Por tantos se pueden observar síntomas en cualquier parte de la planta, desde la flor que es donde comienza, pasando por lo brotes jóvenes y en las ramas de más años e incluso en el tronco.
El síntoma más característico es el aspecto quemado de brotes, flores y frutos- tal y como se aprecia en las fotos,-debido la necrosis de los tejidos. En algunas ocasiones aparecen unas exudaciones características, sobre todo en condiciones de elevada humedad.
Control de la enfermedad: En algunos países se utilizan fungicidas que no han demostrado su efectividad en un porcentaje elevado. En España, la legislación vigente es muy clara con respecto a esta enfermedad, y las comunidades autónomas tienen competencia directa en su control y erradicación. En el caso de nuestra comunidad, está prohibida la plantación en lugares y jardines públicos de las especies ornamentales hospedantes de la bacteria.
En cualquier caso se recomienda avisar a la sección de Sanidad y Producción vegetal sobre cualquier síntoma que se observe y que pueda ser sospechoso de la presencia de esta bacteria. La rapidez en el diagnóstico es fundamental para evitar la propagación de esta enfermedad y permitir su control. Una vez detectada, lo más frecuente es que se proceda al arranque y quema de la planta afectada y de todas aquellas llamadas hospedantes y que sean propensas a propagar la enfermedad aunque no estén contagiadas.