Nuestro atleta villorejo (xapa) nos relata su experiencia en la carrera de montaña
En primer lugar diré que los corredores de montañas están locos, en el sentido de que es una barbaridad y un sufrimiento extremo, al que se someten en estas pruebas. Y yo que soy aun mas loco, pues me adjunte a ellos para pegarme una paliza de 20 km con un desnivel que no lo refleja realmente la gráfica expuesta….
Todo transcurrió el pasado 11 de Enero de 2015 en Motril (Granada) aunque yo ya pase la noche anterior en la localidad para ahorrarme madrugones innecesarios. Al despertarme, la temperatura en la calle, no fue muy motivadora 3 Cº, pero como hasta las 10 de la mañana no daría comienzo la prueba, supuse que mejoraría para poder correr en camiseta corta y no chupar frío.
A las 9:00 la categoría senderistas, salieron con sus mochilas y aparejos para completar su recorrido, el cual se adjuntaba al nuestro por varios tramos.
Pasada la cámara de llamadas ( ya se que es raro en estas pruebas pero fue curioso ) y listos para el comienzo del sufrimiento que nos esperaría… hicimos todos la cuenta a tras, o eso intento el del megáfono porque al final solo contó él. Caso a parte, los pocos que eramos, mas de 100, salimos a un buen ritmo. Fui dejando que la gente me rebasara y mantuve un ritmo con el cual pudiera llegar a acabar la prueba. El propósito o meta que me marque, fue la de meter kms a las piernas y comprobar que aguantarían los 20km para ir cogiendo fondo y volver a las medias maratones.
De vuelta a la carrera, todo iba bien hasta rebasar el 1 km, la primera subida apareció, no se me hizo tan dura, la mitad de ella fui trotando sin pararme a andar como todos los demás corredores hacían, la otra mitad ya costaba un poco mas. Ese día por fortuna no me lleve el reloj, por lo tanto no tenia ninguna reseña, y con la mirada puesta en las marcas del recorrido seguí adelante subiendo y bajando laderas poco pronunciadas. El primer puesto de avituallamiento lo pase de largo, no me veía necesitado de nada y dándome lugar a adelantar a atletas. Continuando la carrera pude preguntar a los de la organización que estaban situados en puntos conflictivos donde podíamos extraviarnos, en que punto kilométrico estaba, la respuesta de este no me agrado mucho la verdad y si lo se, no hubiera preguntado (7,5km). Justo en ese punto empezamos a subir un cortafuegos, claramente andando. Al llegar a la cúspide, no tenia nadie cercano en ambos lados, cosa que no me preocupo ya que seguía viendo en el tramo las marcas del trayecto. La bajada fue espectacular, rodeado de arboles, matorrales y demás, me sentía como si estuviera corriendo por medio de una selva, pero sin los perjuicios de ésta ante todo jajajaj, las piernas no mostraban sensación de flaqueza, por lo tanto contento. Km 12 y punto de avituallamiento, pare a refrescarme y a visualizar lo que se me venia encima…. la subida mas dura. Me enganche a 2 atletas más y poquito a poco y sin prisa fuimos recortando metros hasta la cima.
Como ya he comentado otras veces las bajadas no se me dan bien y en montaña menos, pero uno de mis contrincantes me rebaso, a la velocidad de la luz, bueno no tanto pero casi. Yo sorprendido de su destreza, le eche valor al asunto y me puse en el lugar de su sombra. Sorprendentemente aguante su ritmo y me gusto la sensación y el disfrute de bajar de aquella manera la montaña.
Km 14. Ultimo punto de avituallamiento, un sorbo de agua y a por el final. Uno de los de la organización nos informó de que solo quedaba una pequeña subida y ya estaba finiquitado. Me hubiera gustado que hubiera subido él esa pequeña subidita que nos dijo…. un cortafuegos por llamarlo por su nombre, que yo lo hubiera llamado mata-hombres. Al rebasarlo y ya sin fuerzas, se me activo el modo ahorro y el final de la prueba lo acabe trotando flojo. Pase por meta en 2:31’26» el 38º en la general y el 21º de los absolutos.
Muy bien valorado por mi parte, tuvimos físio disponibles para descargar y reparar jejejej, después de que llegaran todos tanto corredores como senderistas nos dieron paella para comer. Mis felicitaciones al cocinero que le quedo esplendida.
Solo queda que añadir que no vuelvo a correr una carrera por montaña. Es broma, es muy sufrida la verdad pero la satisfacción de concluirla merece la pena.
Jorge Sánchez García