VILLORIA ES UN PUEBLO CON CACHÉ

El verano ha sido bien aprovechado, donde mucha gente ha venido a las piscinas debido al calor que hacía
Dice el refrán «año nuevo, vida nueva», en mi pueblo diría «verano gastado y aprovechado, sin un cuarto nos hemos quedado».

Villoria para mi tiene algo especial, sus gentes que trasmiten paz y bondad, por eso acude tanta gente. Tenemos casi de todo, cuando mi padre me mandaba a casa de la señora Venera o a casa del Furris a buscar esto o lo otro, y yo le decía, padre que lo mismo no tienen y me contestaba, ahí tienen hasta bozales para chinches.

En verano viene mucha gente al pueblo y los niños que vienen de las capitales se lo pasan bomba, el que viene repite y los niños que están culturizados aquí, que son más listos que el hambre, que no es como antes, les enseñan las triquiñuelas del pueblo, que para mí es como tener una joya, porque nos entendemos como Dios y es debido a que nadie se siente forastero, porque la entrada a este pueblo está libre, no se ponen cortapisas, ni muros para que todas las personas puedan disfrutar de lo que es de todos.

Ha sido un verano largo de mucho calor, hay gente que se aforraja, creo que es debido a que no les ha tocado segar, porque los cuerpos se van haciendo a golpe de martillo o con la hoz en la mano, segando la mies que levantaba más que uno y no hubo más remedio que acostumbrarse a las inclemencias del tiempo, unas veces con calor, otras con frío, hambre y ahora hinchados, porque a la mayoría casi nos sobra de todo, por lo menos a los mayores, vas al médico y casi siempre te saca alguna reliquia, no comas de esto, no comas lo otro, ¡que te lo ponen muy feo eeh!. Yo creo que son un poco cabronazos, porque ellos seguro que comen de todo, así que otra receta más, que a la postre tragamos más pastillas que comidas, que lo digo en serio, cuando inventarán una pastilla que sirva para todo, hasta para quedar en estado.

España está jodida, pero aquí cada vez hay más eventos, empezando por mí. Se celebra todo: comidas, cenas, nos reunimos los amigos, quintos, primos y toda jerarquía etc. Los Quintos se hace una vez, pero la cena ya la tenemos de por vida. Aquí en el barrio vivimos seis matrimonios que nos llevamos muy bien, viene este pendejo de Manolo que está en Tarragona, no sé si allá pasará hambre, ya estamos liados con la chanfaina, las sopas de ajo, la paella,… juntándonos abuelos, hijos y nietos. Hasta el espíritu Santo y lo hacemos en el bajo de su vivienda, que luego nos lo pasamos bomba, preparando una juerga cojonuda. Pero esto a mí me sienta muy mal, porque engordo cuatro kilos que he perdido durante el invierno andando por esos caminos de Dios, que algún día me van a secuestrar, porque yo me puedo apatuscar con un cacho de queso, una raja de sandia y unas brevas, porque la jubilación no da para más. Pero hay que acudir porque si no me dicen que me quedan pocos cortes de pelo, allí se canta, se cuentan chistes o hablamos de algún romance que ha salido del verano,…Pero es verdad, hoy vivimos y hay que disfrutar lo que se pueda. Los hijos no nos lo van a agradecer porque tienen otra escuela y si lo guardas ya se encargarán los gobernantes de robárnoslo, así que a comer y a beber. Sabes Manolo que parió una gata en tu casa en el bajo, cuatro gatos que están ya mayorcitos. Cuando te has ido me dijiste que me los pasabas al huerto o al jardín, te dije que no se te ocurriera, que los llevaras a Cataluña y los censaras que estos pedirían la independencia y te echabas a reír, pues mira majo como os habéis ido medio pueblo se han venido a mi casa. Después de terminar las fiestas una noche sobre la una estaba viendo la televisión, porque no la he visto en todo el verano, estaba sentando en el sofá, siento ruido, ¿qué pasará en el porche?, salgo y doy la luz y en las tumbonas y sillas a cuerpo de rey, diez o doce gastos, padres amigos y algún familiar. Se tiraron del porche como una exhalación, fíjate si se mata alguno. A la media hora otra vez, se habían reunido, salgo y digo me vais a joder las tumbonas, pero sin asustarse. Viendo esto la mujer me ha quitado las tumbonas porque si no, no los sacamos de aquí y no quiero usar la violencia como me hicieron a mi hace años que me los envenenaron esas mentes malvadas, así que ahora cuando salgo al huerto me tropiezo con ellos y vamos a tener que hacer un trato de convivencia o si no te rompo una ventana y te los meto en casa. Se hacen ocupas de aquí y ya no pueden venir ni los antidisturbios, porque no se van a ir porque están más protegidos que las personas y tú no sé dónde vas a dormir, pero como te quiero un poco te dejo las tumbonas.

Así que el verano ha sido bien aprovechado, donde mucha gente ha venido a las piscinas debido al calor que hacía, terminando el verano con las fiestas, que son el 8 de septiembre, han estado bien, si es verdad que casi siempre es más de lo mismo, un poco largas, no es mejor la cantidad sino la calidad. Esas discotecas móviles que nos vuelven locos con el tacataca después de baile, ha sido una pasada, algún día se cargan algún viejete, porque madre mía cinco días con el runrún. Hay gente que está hasta los mismísimos huevos, que la lleven al prao de Baldaragona, que allí no molestan a nadie y yo tengo hijos y nietos, que algún dia van a coger cantos y no nos dejan entrar en la plaza, no se les puede dar todo lo que quieran. Y mira que este año me he encontrado de maravilla, he disfrutado y he bailado sin cansarme, ha sido un triunfo con mis años, aunque tengo alguna gotera.

Luego llega el mejor día, el que se come la vaca, hace 37 años que se empezó este evento, que entonces estaba el señor Arsenio de alcalde. En un relato de Besana ponía, «Qué grande es mi pueblo» aunque solo sea para comer. Salíamos por todas las calles con el plato debajo del brazo, como los venados cuando están en celo en la inmensa pradera, es un día feliz y también celebramos la nochevieja con gominolas, que yo creo que estaría mejor con uvas, sería más auténtico. En este pueblo siempre se está inventado algo y si a la mayoría le gusta cojonudo, encima el tiempo nos ha acompañado, que es parte de la fiesta.

Un abrazo

ALFONSO «EL PINDOQUE»