Lo que tenía que ser ilusión… para todos, se convierte para algunos en desesperación, cabreo y deseo de que terminen cuanto antes para poder descansar
Desde que se implantó el baile de la Discoteca móvil, después de terminada la actuación de la orquesta en las Fiestas de Nuestra Señora la Virgen de la Vega, se ha convertido para los vecinos próximos a la plaza en un verdadero suplicio.
No sólo se tiene que aguantar el volumen tan desproporcionado de la dichosa Discoteca móvil, sino también el de las peñas y casetas, sin respetar el descanso de los demás ciudadanos, que también tenemos el mismo derecho a disfrutar de las fiestas, en los tiempos lógicos y permitidos por la ley.
En relación a la ya citada Discoteca móvil, no puedo entender que se haga un gasto económico para molestar a los vecinos, teniendo en cuenta la deuda que tiene el Ayuntamiento. Si la Corporación municipal quiere que un sector de la población se divierta durante las horas de descanso -ampliando más la deuda-, pues que la nefasta Discoteca la ubiquen en algún lugar donde no se moleste a nadie; si acaso a los componentes de la Corporación que son los que están de acuerdo en ese gasto.
Los sufridos vecinos del centro tenemos que soportar y reparar todas las mañanas los destrozos en persianas, en cortinas…, y limpiar los vómitos y orines, -tanto de hombres como de mujeres-. Es de lamentar la falta de civismo, ya que teniendo próximo un servicio para tal fin –que pagamos todos-, vayan a las puertas de los vecinos y vecinas a hacer sus necesidades; eso sí, muy limpios y limpias, ellos y ellas, dejando en el suelo, como recuerdo, el papel con el que se han limpiado.
Resumiendo: en las fiestas, que deberían ser motivo de alegría para todos los vecinos, -porque todos somos iguales a la hora de pagar impuestos-, no tiene sentido que haya privilegios a la hora de beneficiar a un sector de ellos y perjudicar a otro sector. Lo que tenía que ser ilusión… para todos, se convierte para algunos en desesperación, cabreo y deseo de que terminen cuanto antes para poder descansar, con el consiguiente pensamiento de ausentarse del pueblo durante las fiestas en años posteriores, -lo que no estoy dispuesto a que ocurra-.
Señores de la Corporación municipal: deberían gobernar para unir, no para separar, y, como supongo que ya conocen, deben saber también que un buen número de vecinos estamos hasta las narices, hasta el punto de estar recabando firmas con el propósito de que si no se resuelven todas las anomalías, nos veremos en la necesidad de llevar nuestras quejas a las Instituciones correspondientes.
Con el deseo de que las Fiestas Patronales de Nuestra Señora de la Virgen de Vega del año 2017 sean modelo de convivencia y no de controversia, se despide con respeto y civismo.
Máximo Sierra Prieto