He tomado una decisión y la voy a cumplir a rajatabla.
Con la llegada del nuevo año he decidido dar un cambio radical a mi vida; he tomado una decisión y la voy a cumplir a rajatabla. No es bueno acomodarse y dejarse llevar por la monotonía diaria. Hay adelantarse y tomar cartas en el asunto en esta sociedad que avanza tan deprisa que no te da tiempo a ponerte al día. Voy a dejar de lado las viejas costumbres y adaptarme a las nuevas exigencias y requisitos de la vida moderna.
Lo primero de todo será dejar de fumar, así, a dolor vivo y sin tratamientos sustitutivos de la nicotina ni nada que se lo parezca. La nueva ley antitabaco que acaba de entrar en vigor me viene como anillo al dedo a mi propósito. Se acabó oler todo el día a tabaco y que los dientes se te queden más negros que la boca de una mina. Se acabó ir corriendo al estanco de Siso antes de que cierre porque te quedas sin el vicio. Se acabó tapar el paquete para no leer constantemente eso de «fumar puede matar» o «recuerde que el tabaco puede producir enfermedades de pulmón o corazón»; casi prefiero esa que dice «fumar produce impotencia».
El dinero que me voy a ahorrar lo voy a emplear en mi salud física. Pienso apuntarme al nuevo gimnasio de Villoria y darme unas tocatas de aúpa: fitness, spinning, unas pesas, estiramientos…cualquier cosita de estas que me ponga un cuerpo diez, con mis músculos bien definidos y marcando pechito como Dios manda. Verás tú lo poquito que me va a durar esta barriguita cervecera. En pocos meses tendré una tableta de chocolate de agárrate y no te menees.
Una vez conseguido este cuerpo, habrá de darle salida, vamos, que se vea y que se note. Por tanto tendré que hacer una visita a Puri o a Leti para hacerme una depilación total, de arriba abajo y de izquierda a derecha; ni un pelo me va a quedar. Incluso los países bajos me voy a depilar; van a quedar más rasos que un pontón. Que hay estar a la moda y la pelambrera ya está es desuso, que no molan ni los bigotes ni las barbas. De paso me haré un tratamiento facial para eliminar esas patas de gallo tan poco estéticas y atractivas que se empeñan en aparecer a partir de cierta edad.
Mientras voy haciendo todo esto pondré al día mis conocimientos de inglés con un curso interactivo con profesores nativos, nativos de Inglaterra claro, que sin el inglés ya no eres nadie y te pierdes la mitad de las cosas que pasan en el mundo. La otra mitad dependen del dominio de la informática, por supuesto, para lo cual ya me he apuntado a un curso intensivo de «e-learning», «office», «word», «chats», redes sociales, diseños de páginas web, etc. Todo esto destinado a convertirme en un verdadero ciudadano del mundo y saborear todas las posibilidades que tenemos delante de nosotros y que nos empeñamos en ignorar.
No, por supuesto que no me olvido de la alimentación y aporte nutricional que necesita un cuerpo como el que yo pienso tener. En esto es necesario el equilibrio y para conseguirlo, además de la vida sana y el ejercicio físico, necesito una dieta perfectamente estructurada, hipocalórica y con nada de grasas. Estoy dudando entre varias: la dieta «ovolactovegetariana», la «macrobiótica»o la de la alcachofa. Me asesoraré antes de tomar una decisión. En cuanto a la otra dieta, la que todos estáis pensando, no sé si hacer la del «cucurucho» o la del «teto». A lo mejor no son incompatibles y puedo practicar las dos a la vez, aunque tendré que pedir opinión a mi mujer.
También me he propuesto para el nuevo año convertirme en una buena persona. No me refiero al sentido cristiano como tal, sino a intentar cambiar mi forma de ser para evitar los sentimientos negativos y pesimistas. Lograr hacer la vida más agradable a las personas que me rodean: familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. Quiero llegar a ser un optimista empedernido; no aspiro a llegar a tanto como el presidente Zapatero pero puede servirme de modelo. He pensado que cuesta menos y da menos trabajo sonreír que fruncir el ceño, pedir amablemente que exigir a voces, hacer un favor que una mala faena.
Todo esto me lo voy a tomar muy, pero muy en serio; como si me fuera la vida en ello. Pienso ser constante y no caer en ninguna tentación que me aparte del camino que me he marcado. Habrá un antes y un después en mi vida. Sólo lamento el tiempo que he perdido por no haber tomado antes todas estas decisiones. Me he propuesto ser un hombre nuevo y lo voy a conseguir me cueste lo que me cueste, faltaría más. Os contaré más adelante los resultados obtenidos, que seguro serán espectaculares, ¡ya me estoy viendo!. Como dijo un día Alfonso Guerra hablando de otra cosa, «no me va a conocer ni la madre que me parió».
EL PÁNCARO.